Que vienen días difíciles para los hermanos Narciso y Antonio Agúndez, ex gobernador de Baja California Sur y presidente municipal de Los Cabos, respectivamente.
Parece que tanto las autoridades estatales como las federales cuadraron ya expedientes para documentar legalmente un rosario de casos de corrupción, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito y abuso de poder.
Que ayer fue un día de mensajes claros. Por principio de cuentas, Alberto Anaya, líder histórico del PT, “olvidó” mencionar a Marcelo Ebrard en sus arengas durante el mitin de Alejandro Encinas en Neza, pero no a Andrés Manuel López Obrador, quien a su vez se brincó al presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano.
Fue notoria la ausencia del ex presidente municipal Héctor Bautista, quien, se dijo, andaba haciendo campaña en ¡Nayarit!
Otro que optó por ir a tierras nayaritas y no tomarse la foto con Encinas y López Obrador fue el líder de los senadores perredistas, Carlos Navarrete.
Pura buena onda.
Que, dicen, no se movieron sensiblemente las preferencias electorales en el Estado de México en el día 42 de los 45 de campaña.
Que luego de una severa crisis presupuestal en 2010, llegaron los despidos en la Dirección General de Televisión Educativa de la SEP. El personal que quedó a duras penas puede hacer las producciones. Inclusive a algunos que ya habían sido despedidos los regresaron para “sacar al aire” lo programado.
Hay un caos que no parece importarle al director, Luis Mena Pantoja, quien no da explicaciones a nadie, ni siquiera al personal, al que le ha bajado el salario y le manda decir que así quedan las cosas, “si quieren cobrar”.
¿Sabrá el ex vocero de la Presidencia de la República Max Cortázar de los métodos de su viejo subordinado Mena Pantoja?
Que, hablando de medios, y por increíble que parezca, una emisora de radio está a punto de darse un tiro en el pie y rescindirle el contrato al periodista que no sólo la sacó brillantemente del atolladero en que se metió en 2008, sino que la tiene en el competidísimo mapa de las noticias matutinas.
¡Jolines!
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