Lamentablemente, como lo presentí ayer en mi columna, no me equivoqué.
Ante la petición de Sicilia a Calderón de que pida perdón a los mexicanos por las víctimas de la guerra que emprendió al tomar el poder, Felipe Calderón no sólo no pidió perdón por el derramamiento de sangre que ha provocado más de 40 mil muertes durante su administración fallida, sino que expresó que quien está equivocado es el poeta Sicilia por considerar que la estrategia de combate a los criminales estuvo mal calculada.
Ésta fue su respuesta:
“Eso definitivamente es un error. En eso Javier sí estás equivocado. Si es de pedir perdón por la gente que murió a manos de los criminales y si de algo me arrepiento en todo caso no es de haber enviado fuerzas federales a combatir a criminales que nadie combatía, porque les tenían miedo, porque estaban comprados por ellos. De lo que en todo caso me arrepiento es de no haberlos mandado antes. De no haber tenido un operativo en Cuernavaca precisamente que pudo haber atrapado a Fernando, a Francisco. El error es no haber actuado entre todos con más fuerza y en ese perdón tenemos que ir todos. Los que fuimos sumisos en eso y también quienes se han empeñado en frenar la acción del gobierno”.
Sin embrago, la mayoría de los comentaristas y “periodistas” elogiaron todo el día una reunión que sólo sirvió para que Calderón reafirmara que no dará marcha atrás en su guerra contra los “criminales”, por supuesto sin incluir a los criminales de cuello blanco, y tampoco retirará a las fuerza armadas de esta lucha.
Quienes no estén de acuerdo, háganle como quieran en resumidas cuentas.
Eso sí, ya programó otra reunión para septiembre.
Lo dicho, se alargará el asunto por lo menos hasta el año entrante en que por fin Calderón deje el poder, y si no hay un cambio real en el país, los deudos de las víctimas de esta guerra pasarán al inmenso costal del olvido.
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