jueves, 30 de junio de 2011

TRASCENDIO

Que en el equipo de Eruviel Ávila están seguros de que el Instituto Electoral del Estado de México no sancionará a su candidato con una cantidad mayor a la impuesta por faltas parecidas a la campaña de Luis Felipe Bravo Mena.

El castigo por realizar actos anticipados de campaña en dos de los 125 municipios, confían, no será mayor a 10 mil pesos por cada uno.

Que, a diferencia de Alonso Lujambio, Javier Lozano y Heriberto Félix, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, no ofreció una entrevista al término de su participación en Los Pinos, porque antes de retirarse del salón Adolfo López Mateos, el jefe de ayudantes del Estado Mayor Presidencial, el coronel Mario Castro, le comunicó que el Presidente lo estaba esperando.

¿Cuál habrá sido el mensaje que el secretario salió a toda prisa?

Que en menudo apuro se encuentra el embajador de México en España, Jorge Zermeño.

En plenas vacaciones, y de paso por Coahuila para emitir su voto —en las elecciones en las que su hijo Alfonso es candidato a diputado—, participó en el cierre de campaña de Guillermo Anaya. Por eso el priista Carlos Jiménez, citando la Ley del Servicio Exterior, asegura que por donde se le vea eso es proselitismo, pues los diplomáticos no pierden su investidura, aunque anden de vacaciones.

A ver.

Que la número dos del PRD, Dolores Padierna, se llevó tremendo reclamo de Alejandro Encinas por hacer públicas las deficiencias de la estructura que cubrirá las casillas en el Estado de México.

Parece que al candidato le molestó más el balconeo que la falta de trabajo de los representes perredistas, de PT y Convergencia, que sólo lograron cubrir poco menos de 70 por ciento de las casillas. Eso dicen, al menos.

Que el secretario de Educación del Distrito Federal, Mario Delgado, busca juntar más de 10 mil firmas de padres de familia para exigirle al Congreso recursos para las escuelas de la capital del país.

Sin embargo, cuentan que en realidad quiere evaluar su poder de convocatoria antes de lanzar su cantadísima precandidatura a la jefatura de Gobierno por el PRD.

Que ante la inminente llegada de Mónica Arriola a la presidencia de Nueva Alianza, Elba Esther Gordillo, su madre, se sintió orgullosa de su hija: “Le gusta lo que hago y lo toma como ejemplo”, pero pidió no se le endose su “biografía”.

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