Andrés Manuel López Obrador ha definido a Televisa como una fábrica de mentiras. Lo es, sin lugar a dudas. Su principal “ingeniero”, sin duda, es Joaquín López-Dóriga. Hay otros, operarios menores, como Carlos Loret de Mola, Adela Micha y Brozo. Desde luego, la gran factoría de falsedades, para ser eficiente en su tarea de negar la verdad, se apoya en fabriquitas que le son leales y le realizan trabajos que, de tan sucios, ni la empresa dirigida por Emilio Azcárraga Jean se atreve a ejecutar. Hablo de medios pequeños, comparados con Televisa, como Milenio Diario y Milenio TV, que tienen entre sus peones a gente de la estatura moral, cualquiera que esta sea, de Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva.
Televisa, para mal, es influyente, mucho muy influyente. El poder de la compañía presidida por Azcárraga Jean es enorme. En más de un sentido, muy superior al del gobierno mexicano. Hay que admitir que Felipe Calderón, desde Los Pinos, intentó controlar a Televisa. No pudo. Ahora, para la mayor vergüenza de Calderón, Televisa está cerca de imponer al próximo presidente de México. Admitámoslo, el candidato fabricado por Televisa, el priista Enrique Peña Nieto, lleva mucha ventaja en las encuestas de preferencias electorales que desde hace tiempo se aplican tratando de anticipar quién ganará las elecciones presidenciales de 2012.
¿Hay forma de evitar la victoria de Televisa y Peña Nieto en 2012? Se ve muy difícil. Está claro que el PAN, por el pésimo gobierno de Calderón, no tiene ninguna posibilidad, menos aún si el inquilino de Los Pinos cumple su capricho de hacer candidato presidencial panista al señor Ernesto Cordero, fallido secretario de Hacienda. Solo la izquierda, la encabezada por Andrés Manuel López Obrador, podría parar a Peña Nieto, al PRI y a Televisa. Pero no será fácil.
Por complicado que se vea, hay que tratar de que eso ocurra. Yo haré todo lo que pueda para apoyar a AMLO, que es un político sensato, partidario de la economía de mercado (aunque controlada por el estado para evitar sus excesos), un hombre entregado a su familia, demócrata, honesto, trabajador, con valores espirituales dignos de elogio, un líder que ha organizado a millones de mexicanos en todos los pueblos de México, una persona a la que conozco y que sé no defraudará a nadie.
No será fácil vencer al PRI, a Peña Nieto y a Televisa. Pero lo debemos intentar. Resignarnos sería una inmoralidad.
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