domingo, 26 de junio de 2011

Un perdón que no es suficiente ALEJANDRA MEJÍA

Como ciudadana de un país que vive en guerra no hablar de ese tema me resulta aberrante, aunque mucha gente lo evade o ignora, menos si no ha sido afectada por ella.



Algo que no pensé que sucediera es que un presidente pida perdón, Calderón pidió un perdón muy a medias, un perdón formal y mediático y lo hizo ver que pedía perdón por las victimas pero no por la guerra, por una guerra que nadie pidió y como se ha visto no es la estrategia adecuada, sin embargo Calderón se lavo las manos al decir que él considera correcta esa acción. ¿De verdad es así? Acaso no pensó que antes de declarar una guerra había muchas más opciones para combatir este problema social, que no es solo el juego de policías y ladrones sino de gente que entra a las redes del narcotráfico porque no tiene otra manera de obtener dinero, los jóvenes que no tuvieron oportunidad para entrar a una escuela o tener un empleo decente.



¿Por qué el presidente de una nación redujo el problema a buenos y malos?



Considero que se le iba a premiar por meter a la cárcel solo a algunos de los que son malos y que no habría consecuencia algunas, si el habla de hacer lo correcto porque no predica con el ejemplo y busca una propuesta correcta que incluya la regeneración de la comunidad, donde se inicie por programas sociales que permitan un desarrollo integral de los niños y jóvenes, que los invite a reflexionar y hacerlos ver que el mundo va mas allá de lo que tienen enfrente.



Ojala ese perdón no nos conforme o nos lleve a un “por lo menos” porque las víctimas de esta guerra siguen día a día creciendo e independientemente de si son buenos o malos nadie, repito, nadie tiene porque morir de una manera violenta y el Estado debe garantizarnos ante todo seguridad y paz en nuestras calles.

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