El escritor y periodista Pedro Echeverría escribió en su último artículo que para lograr la reunión con Calderón, que se llevará a cabo el día de hoy, Javier Sicilia desconoció los acuerdos que se aprobaron después de ser analizados y discutidos en las mesas de trabajo que se realizaron en Ciudad Juárez. En dichos acuerdos se planteó que el ejército debería regresar a sus cuarteles, que se realizara un juicio político a Calderón y a otras autoridades, y que no se buscara una reunión con él hasta en tanto no se lograra tener más fuerza y presencia para obligarlo a cumplir y para que no fuera un distractor que alargara las demandas urgentes.
Pedro Echeverría dijo: “reclamamos que después de recorrer miles de kilómetros, de discutir y de aprobar los acuerdos, no tenía caso una introducción a los resolutivos que nadie aprobó, así como tampoco a los seis puntos que no se sabe quien redactó. Los acuerdos no son “un chorizo de peticiones a Santa Claus” como han dicho los enemigos de los acuerdos, sino demandas económicas, políticas y de seguridad urgentes y necesarias”.
También expresó que Calderón nunca dará una audiencia a Marcos, a López Obrador, a la APPO oaxaqueña o a los dirigentes de la CNTE - aunque tampoco ellos la solicitarían - porque representan proyectos políticos radicalmente contrarios. Pero Sicilia ha buscado por todos los medios la conciliación, los acuerdos, el no chocar para que esté abierto el camino “para lograr cambios pacíficos en el país”, aunque muchos sabemos que esa es una estrategia que no funciona porque la clase política y empresarial nunca ha cedido ante las buenas palabras y las verdaderas razones.
He de decir que Pedro Echeverría participó en la Caravana a Ciudad Juárez y que estuvo presente en las mesas de trabajo en las que se llegó a los primeros acuerdos, que no corresponden, como él dice, a los resolutivos posteriores que nadie aprobó.
En pocas palabras, Sicilia aceptó dialogar con el responsable directo de la escalada de violencia en el país a pesar de que Calderón insiste todos los días en que su estrategia de guerra es la correcta y que no dará marcha atrás.
Ya veremos mañana en qué termina la reunión y si no sirvió como distractor de las demandas urgentes de la sociedad para pacificar al país.
Cualquier padre dolido por la muerte artera de un hijo puede confundirse en su afán de exigir justicia para darle sentido a su tragedia. Pero así como él hay más de 40 mil deudos que también esperan justicia, y muchos otros mexicanos que tememos porque la exigencia sea debilitada o congelada por la cúpula del poder.
Si Calderón logra desviar la demanda ciudadana y la utiliza para reforzar la idea de que los culpables son los criminales y no sus medidas absurdas, el movimiento de Sicilia pasará al cajón de los pendientes, como los acuerdos de San Andrés, las muertas de Juárez, las violaciones y abusos en Atenco, Oaxaca, Chiapas, etc, etc, etc.
Ojalá que me equivoque.
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