Calderón ahuyentó 111 mil millones
Tremenda nota nos ofreció ayer en La Jornada Carlos Fernández Vega, quien cita un párrafo de Roberto González Amador con cifras que deberían no sólo preocuparnos, sino realmente organizarnos como sociedad para evitar el daño que los barones del dinero, en complicidad con los gobiernos prianistas, le siguen haciendo al país.
Aquí parte de la nota:
"Según información del Banco de México, en el transcurso de la administración de Felipe Calderón Hinojosa, que termina en cuatro días, ciudadanos y empresas mexicanas transfirieron al exterior 111 MIL MILLONES DE DÓLARES para ser depositados en cuentas bancarias o para abrir y operar empresas fuera del país. El monto de recursos transferidos por mexicanos al exterior superaría en 70 POR CIENTO el saldo de las nuevas inversiones extranjeras que llegaron a México durante el mismo periodo, que fueron de 65 MIL 434 MILLONES DE DÓLARES. Los 111 MIL MILLONES DE DÓLARES representan una cantidad 68 POR CIENTO SUPERIOR AL SALDO DE A DEUDA EXTERNA NETA DEL GOBIERNO FEDERAL que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, se sitúan en septiembre pasado en 65 MIL 880 MILLONES DE DÓLARES".
Bien dice Carlos Fernández Vega que de ese tamaño es la medalla de oro para Calderón y el daño para la economía nacional y el crecimiento del país, porque todo el dinero exportado se genería internamente, gozando de jugosas exenciones fiscales y contratos públicos para finalmente invertirlo y crear empleos en el extranjero, no aquí como públicamente se comprometieron los barones que impusieron al susodicho y que han hecho de México su negocio particular, avalados e impulsados por el propio gobierno federal. Los mimos, pues, que firman pactos (como el de Chapultepec) para el desarrollo nacional y que, en los hechos, son los primeros en incumplir.
Y uno se pregunta por qué tanta amabilidad del gobierno saliente con el que está por llegar. Pues porque ambos pertenecen al grupo dominante que ve al país como su mina de oro y al que nada le importa el sufrimiento de la gente y la desintegración de México.
La deuda descomunal y la fuga de capitales no van a reducirse a menos que verdaderamente el pueblo explotado se decida por un cambio, pero eso no va a ocurrir mientras la realidad sea deformada por los medios de comunicación y los explotadores utilicen la represión contra cualquier tipo de organización que se atreva a disentir del modelo neoliberal impuesto en México hace 30 años.
Sin embargo, y eso es lo importante, no todo está perdido mientras avancemos en el cambio de mentalidad de la gente, porque si bien muchos son engañados y enajenados por la tele, existen millones que han tomado conciencia y que identifican perfectamente las causas y a los causantes de tanta desgracia.
Esos mexicanos están haciendo una labor de convencimiento con el resto de los ciudadanos que aún creen en la mentira de que el PRI se renovó y ahora sí va a trabajar en beneficio de las mayorías.
Desde luego que no será fácil pero tampoco imposible.
Aquí parte de la nota:
"Según información del Banco de México, en el transcurso de la administración de Felipe Calderón Hinojosa, que termina en cuatro días, ciudadanos y empresas mexicanas transfirieron al exterior 111 MIL MILLONES DE DÓLARES para ser depositados en cuentas bancarias o para abrir y operar empresas fuera del país. El monto de recursos transferidos por mexicanos al exterior superaría en 70 POR CIENTO el saldo de las nuevas inversiones extranjeras que llegaron a México durante el mismo periodo, que fueron de 65 MIL 434 MILLONES DE DÓLARES. Los 111 MIL MILLONES DE DÓLARES representan una cantidad 68 POR CIENTO SUPERIOR AL SALDO DE A DEUDA EXTERNA NETA DEL GOBIERNO FEDERAL que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, se sitúan en septiembre pasado en 65 MIL 880 MILLONES DE DÓLARES".
Bien dice Carlos Fernández Vega que de ese tamaño es la medalla de oro para Calderón y el daño para la economía nacional y el crecimiento del país, porque todo el dinero exportado se genería internamente, gozando de jugosas exenciones fiscales y contratos públicos para finalmente invertirlo y crear empleos en el extranjero, no aquí como públicamente se comprometieron los barones que impusieron al susodicho y que han hecho de México su negocio particular, avalados e impulsados por el propio gobierno federal. Los mimos, pues, que firman pactos (como el de Chapultepec) para el desarrollo nacional y que, en los hechos, son los primeros en incumplir.
Y uno se pregunta por qué tanta amabilidad del gobierno saliente con el que está por llegar. Pues porque ambos pertenecen al grupo dominante que ve al país como su mina de oro y al que nada le importa el sufrimiento de la gente y la desintegración de México.
La deuda descomunal y la fuga de capitales no van a reducirse a menos que verdaderamente el pueblo explotado se decida por un cambio, pero eso no va a ocurrir mientras la realidad sea deformada por los medios de comunicación y los explotadores utilicen la represión contra cualquier tipo de organización que se atreva a disentir del modelo neoliberal impuesto en México hace 30 años.
Sin embargo, y eso es lo importante, no todo está perdido mientras avancemos en el cambio de mentalidad de la gente, porque si bien muchos son engañados y enajenados por la tele, existen millones que han tomado conciencia y que identifican perfectamente las causas y a los causantes de tanta desgracia.
Esos mexicanos están haciendo una labor de convencimiento con el resto de los ciudadanos que aún creen en la mentira de que el PRI se renovó y ahora sí va a trabajar en beneficio de las mayorías.
Desde luego que no será fácil pero tampoco imposible.
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