El Mexi Co. de Calderón. El último atrevimiento

JANE DE LA SELVAvie 23 de noviembre de 2012

  

La columna de Julio Hernández de hoy viernes donde abre con el asunto de la paranoia del nombre, que atacó de súbito a Calderón, es genial. 

 

Apunta irónicamente la incongruencia, cuando lo que hizo Calderón fue trabajar para el "Mexi Co.". Es decir, para un México que pareciera una compañía netamente gringa sirviendo a intereses gringos, pero que ahora sugiere desafanarse del nombre oficial que sella todo papel oficial existente por este emular al de ese "otro" (indeseado) país.

 

Desde ese "otro" país, el articulista político del New York Times, Randal C. Archibold también escribió un texto crítico sobre la última ocurrencia de Calderón antes de dejar la administración de la nación mexicana 2006-2012, que sugiere tras líneas es digna de análisis psicológico.

 

La propuesta es un atrevimiento, dice el columnista. 

 

Frívola. Basada en traumas, en frustraciones personales que escupen la ocurrencia justo ayer jueves último de noviembre día de dar gracias de los gringos y claramente un arranque de ansia por redimir su sentimiento de culpabilidad, al final de su mandato. Es tan bruto que no se percató le podría caer el ecupitajo en la cara.

 

Clama pues Calderón o "Lipe" como le dicen, que ya no se llame oficialmente Estados Unidos Mexicanos como se dictaminó en el siglo diecinueve luego de la independencia de España inspirados los "independientes" en los aires democráticos que soplaban presisamente en el norte angloparlante, que desde entonces miró hacia abajo con gran avidez. También se barajaró en aquel entonces nombrarnos Imperio Mexicano o República de México. 

 

Le llama el politólgo del diario neoyorkino que compró Slim, perreta infantil, a la disimulada posición antiyankee que arrastró Calderón en el discurso durante su sexenio, cuando ahora anda buscando chamba en los "Estados Unidos de América", nombre oficial del país vecino cuya dominación parece tanto abominar el michoacano que usurpó por la puerta de atrás, "la presidencia que le afecta tanto dejar" dice el texto. 

 

Me recuerda a aquellos de clases acomodadas que despotrican contra los gringos y lo único que esperan es poder viajar para allá divertirse y a consumir lo de ellos.

 

Se muestra Calderón como un desiquilibrado ante dicha petición, simulando ser un "patriota comprometido" con México, cuando sus intenciones acciones y resultado de gobierno fue el convertir a la patria, con al aval del norte, además de en campo sangriento de batalla, en un "Mexi Co", como escribe Julio.