sábado, 26 de enero de 2013


¡Je t´adore Peña Nieto!

JANE DE LA SELVAsáb 26 de enero de 2013
Seamos honestos: ¿De cuándo a acá la Suprema Corte de la Nación actúa independiente del Poder Ejecutivo en un caso político como el de Florence Cassez? Eso en nuestro país no pasa, no existe. Ministros y ministras han sido servidores del sistema corrupto que domina la vida pública. Simplemente el Estado mexicano les ordenó que soltaran a la cómplice de secuestro. Sin vuelta atrás, sin dramas ni adornos.
El gobierno actual es responsable de manipular decisión de la corte a favor de Francia. Aunque se trepe Enrique Peña a la tarima Televisa con su rol aprendido, con su seria gesticulación que pretende justificar "la culpa"  y  "el error" de los ministros. Representa el monito impuesto por Salinas su propia escena del "lavado de manos". Intenta anular su consabida responsabilidad en esta acción por medio del encuadre y mirada adecuada tras las pantallas a su servicio.  
No, los ministros de la máxima corte no cometen "errores" propios, son parapetos con grados de conocimiento jurídico. Son cortina de humo. Son utilizados para eximir de culpa a quien la tiene.
El gobierno de Peña es el verdadero responsable de la liberación de la extranjera identificada como culpable en suelo mexicano por sus víctimas mexicanas mientras miles de ciudadanos mexicanos con procesos judiciales infundados o falsos se pudren en nuestras cárceles sin que ministro o funcionario público alguno mueva un dedo para apelar a la chueca justicia. 
Las consecuencias de estas acciones no son responsabilidad de la Suprema Corte, reitero, es el resultado de una presión externa, es una gestión articulada bilateralmente en beneficio de las relaciones internacionales y comerciales, de intereses particulares que se pasan por el Arco del Triunfo a la Constitución Mexicana y a los mexicanos. Pero no debería asombrar ni escandalizar tanto como lo ha hecho puesto que se trata de un comportamiento ya demasiado conocido de los Dinosaurios que así gobiernan: al margen de la ley. 

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