miércoles, 27 de febrero de 2013


Elbaestiercolazo” de EPN, equivalente al “Quinazo” de Salinas

HÉCTOR PALACIO@NietzscheAristomar 26 feb 2013 23:14
  
Cuatro puntos al menos destacan tras la captura de Elba Esther Gordillo por el presunto delito de operación de recursos de procedencia ilícita (¡vaya, hasta que descubren algo novedoso en el país!”).
1. Que ha sido un acto de Peña Nieto al más depurado estilo salinista para allegarse la legitimidad que, pese a todo, no ha alcanzado. Tras la fraudulenta elección de 1988, Salinas de Gortari ordenó, por supuesta posesión ilegal de armas, la aprensión de Joaquín Hernández Galicia, líder sindical de Pemex con muy mala reputación. Hoy Peña toma el ejemplo del guía “moral” de su partido.
2. Que la “justicia” en México es utilizada con fines políticos. Como Gordillo no es más una aliada conveniente y, muy por el contrario, se trata de una figura absolutamente reprobable, le “echan el guante ahora”. Ayer Salinas la encumbró a costilla de otro priista caído, Carlos Jongitud Barrios, hoy la pierde.
3. Que la “justicia” en México es selectiva. Al ser una figura ya poco redituable, Gordillo es pasto para el uso político a modo del régimen actual. Y sin embargo, se pregunta la sociedad, cuándo se hará “justicia” similar en casos como los de Humberto Moreira, Andrés Granier, Mario Marín, Romero des Champs, y tantos otros de políticos corruptos en todos los ámbitos del país.
4. Que se pretende con este acto de “justicia” obtener a cambio apoyo para materializar la reforma  económica y la privatización del petróleo. Si no propiamente “cortina de humo”, este caso será utilizado para procurar ganar aprobación entre la opinión pública.
Naturalmente que un ser tan execrable como la corrupta lideresa sindical Elba Gordillo ameritaba estar tras las rejas desde hace años. No obstante, su detención en este momento no debe apreciarse como un logro o conquista de Peña, sino como lo que es, algo obligado. Es de esperarse que algo positivo quede de una acción eminentemente política, del entendido de que no la aprenden por corrupta sino por así convenir al grupo en el poder.
La experiencia con Salinas de Gortari indica que la sociedad no debe dar a cambio un “cheque en blanco” en su confianza al gobierno priista; por ejemplo, en relación al aumento del IVA y la privatización del petróleo que con ahínco se pretende. Antes bien, ahora más que nunca debe estarse atento a las acciones que le sigan  a este asunto que con toda certeza se convertirá en un espectáculo mediático.
Las cosas, como son. Lo obligado, que Gordillo y otros corruptos estén en prisión y reintegren a la nación lo que no les pertenece. Lo preocupante, que esto no sea más que un subterfugio para embaucar la confianza de los incautos ante el proceso de desnacionalización que vive el país.
Cuestión de fondo, ¿qué ganó el país con el “Quinazo”? ¿Se ganó algo con Salinas? ¿Algo equivalente sucederá con el “Elbaestiercolazo”? Es decir, ¿nada se ganará y acaso suceda lo contrario?

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