viernes, 22 de febrero de 2013


Las tres muertes literarias del Chapo Guzmán

ANEL GUADALUPE MONTERO DÍAZ@Anelin00vie 22 de febrero de 2013
A propósito de los ríos de tinta que han corrido respecto a la presunta muerte del Chapo Guzmán[i], algunas especulaciones al respecto han sido ampliamente tratadas por algunos de los mejores escritores del mundo.
Y es que Joaquín Guzmán Loera no ha dejado de ser nota en los periódicos del orbe ¿y cómo permanecer anónimo cuando Forbes lo ubica tres veces consecutivas en la lista de los hombres más ricos del mundo[ii]?
El Chapo es, sin lugar a dudas, más un personaje de ficción que un criminal perseguido. La gente cuenta historias escalofriantes, cuasi mitológicas y no por ello menos fascinantes, acerca del origen, pero también del final (particularmente morboso) de este señor.
Es mi interés tratar algunos posibles finales de uno de los criminales más buscados de todos los tiempos, en el contexto literario. A fin de cuentas, imaginación sobra, lo que falta es presupuesto :)…y el Chapo, lo tiene.
Sherlock Holmes
Sir Arthur Ignatius Conan Doyle, manifestaría, a través de Sherlock Holmes que “una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad”. Y es que no era fácil enfrentar a su némesis, el profesor James Moriarty, que representa para el autor la mayor mente criminal de la Europa Victoriana. El tatarabuelo del Chapo Guzmán, pues.
Es de notar que a través de sus personajes, Conan Doyle privilegiaba la inteligencia y el uso de la razón sobre la violencia per se que demuestran hoy día algunos gobiernos (incluido el mexicano) al hacer alarde de un innecesario uso de las fuerzas armadas, que lo único que ha provocado es un cruento baño de sangre donde los ciudadanos se encuentran hoy día bajo fuego cruzado.
Al final, Conan Doyle asume que el calibre de la batalla que Moriarty representó para Holmes, debía terminar en un final tan digno como la contienda entre estas dos mentes maestras. En un icónico enfrentamiento, Moriarty muere en las cataratas de Reichenbach, mientras su sucesor acecha en las sombras.
El quid de este escenario es que El Chapo ha demostrado que ninguno de sus rivales tiene parangón, por la forma en la que ha burlado a Tirios y Troyanos. Este es el menos probable (aunque no imposible) de los ambientes literarios adecuados al final de Guzmán Loera.
La Reina del Sur
Para Arturo Pérez-Reverte,  el Chapo Guzmán es la versión femenina, corregida y aumentada de Teresa Morales, una temida narcotraficante cuya belleza es directamente proporcional a su inteligencia.
Por eso, a sabiendas de que las leyes y códigos no escritos del crimen organizado proscriben la jubilación, planeó una estrategia para que todos los involucrados en el asunto estuvieran satisfechos. Sangre a los malquerientes, fuego a los medios de comunicación y una vida tranquila en un país de Europa. Todo al mismo tiempo. ¿Se puede morir ante los enemigos, desaparecer ante la prensa y vivir una vida plena y feliz al mismo tiempo? Pérez-Reverte a través de Teresa Morales, dice que sí.
¿Qué dirá El Chapo?
El Padrino
El clásico de Mario Puzo rompe con el estereotipo “los libros siempre son mejores que la película”, porque Ford Coppola fue el responsable de la fama mundial del escritor y de sus personajes.  Siguiendo la línea de pensamiento de Puzo, El Padrino puede poseer un espíritu fuerte y un carácter templado que le lleve a fundar asociaciones destinadas a aliviar la pobreza del mundo , como prueba del arrepentimiento de sus innumerables pecados.
Emulando a Michael Corleone, el Chapo vendería todos sus bienes, tendría una vida longeva y fallecería de causas naturales en alguna agradable villa espartana de su propiedad ¿Le parece imposible? Recuerde que en muchas ocasiones, la realidad supera la ficción.
¿Usted qué opina, estimado lector? 

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