sábado, 23 de febrero de 2013


TRASCENDIÓ Trascendió Nacional

:Que no hay mala fe de MILENIO hacia Human Rights Watch.
Por el contrario, MILENIO valora el trabajo que por años ha desarrollado el organismo. Lo expuesto en estas páginas y en MILENIO Televisión el jueves, viernes y hoy es, simplemente, una revisión crítica de una parte del informe sobre desapariciones presentado el miércoles.
Al igual que se ha hecho con otros grupos y personas desde hace 15 años, MILENIO atenderá con interés y difundirá las observaciones y precisiones que Human Rights Watch quiera hacer en un tema tan delicado.
:Que largo y complicado fin de semana les espera a varios funcionarios de la Secretaría de Gobernación, en especial a los de la Subsecretaría Jurídica y de Derechos Humanos.
La intención de la dependencia es presentar el lunes un documento que aclare cuántas personas desaparecidas registra el gobierno federal. Trabajo nada sencillo, ya que las listas de origen son una mezcolanza de extraviados, levantones y casos increíbles, como el de un hombre que “despareció” al salir de su automóvil, pues cayó en una coladera (su cuerpo fue localizado dos días después).
O el de un migrante salvadoreño que era buscado desde hace ocho años por su madre y fue encontrado en una cárcel de San Luis Potosí. Suerte a la subsecretaria Lía Limón y su equipo.
:Que siguiendo en el tema, en la Comisión de Derechos Humanos del DF tampoco les cuadran las cifras de personas desaparecidas, pues en el informe conocido, y que ya revisó el ombudsmancapitalino, Luis González Placencia, se reportan “miles” de casos en la Ciudad de México.
Esos datos discrepan con los de la comisión: 10 desapariciones en los últimos cuatro años y solo un expediente abierto.
:Que el presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo Vieyra, estaba pronunciando un muy buen discurso en la ceremonia de conmemoración del centenario de la muerte deFrancisco I. Madero hasta que un “pequeño” desliz le quitó brillo.
Y es que al enumerar a los héroes, se refirió a Samuel Gurrión en vez de a Adolfo Gurrión.
Arroyo Vieyra se ganó, eso sí, la risa de sus compañeros, en especial de Samuel Gurrión, actual legislador y bisnieto del revolucionario. Pasa en las mejores familias.

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