jueves, 8 de julio de 2010

Ganar para perder ((Polimnia Romana))

A veces se gana más perdiendo que ganando porque si el triunfo equivale a perder autodeterminación, a retroceder en lo avanzado, ¿para qué demonios sirve ganar?

El PAN estaba obsesionado por ganarle al PRI y el PRD le vendió su alma al diablo para no quedar sin prerrogativas y presupuesto, pero ninguno de los dos partidos meditó cómo van a poder gobernar los estados que "ganaron" si tendrán que pagar con creces los "favores" recibidos.

El PAN llegó al poder hace 10 años y lo único que ha hecho es repetir y profundizar la corrupción, la impunidad, el tráfico de influencias, el abandono del campo, la reducción de presupuesto para educación, salud, ciencia, tecnología, arte y cultura. ¿Paqué quiere ganar si una vez que llega al poder no sirve para maldita la cosa?

El PRI demostró en 70 largos años que lo único que le interesa es el enriquecimiento y el poder por el poder mismo. México podría ser una potencia mundial si los gobernantes que hemos padecido le hubieran apostado al crecimiento interno, a la educación de las nuevas generaciones, al campo, a la defensa y protección de nuestros recursos naturales, pero hicieron todo lo contrario. A partir de los gobiernos priístas neoliberales, México le abrió la puerta a las transnacionales y al mercado mundial para que decidieran nuestro destino, a cambio de espejitos de colores para los traidores y vendepatrias.

El resultado es un país desecho, un pueblo pobre y una clase política podrida. ¡Gracias PRI? También supieron muy cómo inmiscuirse (toneladas de billetes) en la izquierda para dividirla y ponerla al servicio de la derecha. Los chuchos, antes otros, hicieron el trabajo muy bien y, ¿qué ganaron? Sólo dinero y desprestigio. El pueblo sabe muy bien quién es quien entre los que se dicen de izquierda. Los tenemos ubicados perfectamente. Al final, las bases son las que tendrán la última palabra. Al tiempo...

Cuando un dirigente se mantiene firme en sus convicciones y no claudica a su propósito de sacar adelante al país, velar por las nuevas generaciones, trabajar por el bienestar del pueblo, defender la soberanía y la riqueza del territorio, aunque los medios de comunicación afiliados a los poderosos lo muestren como perdedor, es un verdadero ganador porque su ganancia no estriba en un cargo público ni en el acceso al presupuesto, sino en la credibilidad de un pueblo cansado de la demagogia, las mentiras y las promesas no cumplidas.

Qué bueno que Andrés Manuel ha decidido no esperar ni un minuto más en proclamarse candidato presidencial para la contienda del 2012. Sabe muy bien que la mayoría lo sigue apoyando y que vamos a ganar otra vez. Sólo un político que llegue al poder sin las manos atadas ni compromisos con la mafia del dinero puede ser capaz de gobernar con libertad por las causas justas, por las que el pueblo de México ha luchado siempre. Entonces sí, ganaremos ganando

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