lunes, 19 de julio de 2010

Margarita Zavala y las propuestas de A.M.L.O.--- Federico Arreola


No conozco a Margarita Zavala. Es decir, si juzgo a la esposa de Felipe Calderón lo hago basado solo en sus apariciones en público. Creo que, con las limitaciones propias de su función, ha hecho un buen papel en Los Pinos. Cuando ella y su Calderón llegaron al poder pensé que, por su trayectoria (la señora Zavala ha actuado en política durante años), iba a actuar con un enorme protagonismo, es decir, intentando gobernar tanto o más que su marido. No ha sido así. O, al menos, yo no lo he percibido de esa manera. Todo lo contrario, su desempeño ha sido discreto y, por lo mismo, positivo, sobre todo comparado con el de la otra "primera dama" panista, Marta Sahagún de Fox.


Recientemente vi a Margarita Zavala, acompañada de Felipe Calderón, desayunando en el restaurante El Cardenal ubicado en Lomas de Chapultepec, en el Distrito Federal. Mientras esperaba a que llegaran las personas con las que yo iba a desayunar, observé a la pareja varios minutos. Ambos se conducían con absoluta normalidad. Sin poses, sin ganas de hacerse notar. Comenté en Twitter que los otros clientes de El Cardenal agradecíamos al Estado Mayor Presidencial no molestar a nadie en el restaurante.


He visto a otras "primeras damas" en público. Todas ellas salen a la calle evidentemente arregladas por profesionales. En mi opinión, hasta lucen ridículas por aquello de que, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Otra vez, pienso sobre todo en la inmediatamente anterior. No fue el caso de Margarita Zavala hace 15 días en el que es, a mi juicio, el mejor restaurante de la Ciudad de México. A la señora Zavala la vi hasta vestida con sencillez. Parecía más una ama de casa de clase media que la esposa de un gobernante o que una profesional de la política. Eso es bueno.


Hace un par de días Margarita Zavala se vio involucrada en un incidente con jóvenes Boys Scouts de Chihuahua que le cantaron la porra que grita la gente en Ciudad Juárez: "¡Todos al suelo!". Debió ser muy incómodo para la señora Zavala escuchar eso, que por lo demás fue muy celebrado en las redes sociales por los mexicanos que, aterrorizados, ya no soportan tanta inseguridad. Lamentable.


Al margen de quién tiene la culpa de lo que está pasando en nuestro país en guerra, lo cierto es que el problema es de todos. Y es muy grave. Se han presentado ya acciones francamente terroristas provocadas por las mafias del narcotráfico.


Ignoro qué pase por la cabeza de Felipe Calderón y sus colaboradores cuando ocurren matanzas terribles como la de Torreón, Coahuila, que ayer domingo fue nota en todos los diarios digitales del mundo. Lo cierto es que Calderón ya debe admitir que está rebasado y que necesita ayuda, sobre todo la que pueda brindarle el movimiento de resistencia civil encabezado por Andrés Manuel López Obrador, al que no ha escuchado a pesar de que plantea soluciones distintas y, en mi opinión, eficaces para salir de la crisis de violencia que nos está destruyendo.


No estoy pensando en que Calderón se reúna con AMLO, sino en algo mucho más práctico: que empiece a aplicar, cuanto antes, algunas de las propuestas de Andrés Manuel, sobre todo las relacionadas con cambios profundos en la política económica que debe dejar de favorecer solo a unos cuantos multimillonarios.


Por nuestra parte, los que participamos en la resistencia civil tal vez debemos empezar a entender que, en medio de tanta violencia, ya no ayuda, sino estorba que en vez de recurrir a la crítica racional a los que gobiernan caigamos en las burlas vulgares, como algunas de las que han aparecido a propósito de lo que le dijeron los Scouts a la señora Zavala.


Pero, que quede claro, no estoy pidiendo censurar nada. El que quiera seguir con sus malos chistes, que lo haga, allá él. Solo he pedido moderación y sensatez porque nuestra nación se está incendiando y ya estuvo bueno de tanta frivolidad de aquellos y de nosotros.

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