miércoles, 29 de diciembre de 2010

Deseos para el 2011-- Polimnia Romana

Lo que todos los mexicanos quisiéramos para el próximo año es que se acabaran los traidores a la patria, porque eso permitiría que poco a poco se recuperara la economía, el campo, la educacón, la salud y, por supuesto, que se evitaran tantos actos de violencia que son producto de los grandes males que nos aquejan: LA CORRUPCÓN Y LA IMPUNIDAD.

Es verdad que la traición es tan antigua como el hombre mismo. En más de 2000 años de existencia no hemos podido desaparecerla porque la traición no es otra cosa que la encarnación del mal. Así como hemos podido sorprendernos con la inmensa bondad de algunos seres humanos que nos han dejado su ejemplo, en contraste, hemos sufrido por la maldad de otros que no pueden pensar en los demás, que son tan egoístas que sólo buscan su bienestar personal aunque eso implique el sufrimiento de otros. El bien y el mal coexisten en el mundo como la luz y la oscuridad, como el cielo y el mar, como el día y la noche pero no olvidemos que los seres humanos tenemos la capacidad de decidir nuestros actos y esa es la gran diferencia.

Si analizamos de qué están hechos los traidores, enocontramos que su esencia principal es el egoísmo, el amor a ellos mismos.

Los traidores son incapaces de encontrar sus propias fallas, sus errores, sus miserias humanas, al contrario, siempre culpan a los demás y evaden su responsabilidad diciendo que actuaron obligados por las circunstancias cuando ellos mismos son los que provocan los conflictos y la catástrofe.


Hoy, los grandes traidores a la patria que militan en el PRI, en el PAN, y también en el PRD, se culpan unos a otros sin tener el valor civil de reconocer que su egoísmo y su ambición son los que nos tienen en una cuerda floja.

Lo bueno que podemos rescatar de este terrible año, es que el pueblo identifique a los que lo han traicionado, reconozca a los que prometieron trabajar por el bienestar de todos y terminaron protegiendo a unos cuantos para que se sigan enriqueciendo, lo bueno también es que una vez identificados no tendremos que cargar con ellos.

Tal vez los buenos deseos para el año entrante sean para muchos que reine la paz y el amor, que tengamos salud y armonía pero, insisto, mientras sigan los traidores rondando nuestras vidas nada cambiará, no habrá paz ni amor porque la traición es como un reguero de pólvora que destruye todo a su paso.

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