miércoles, 29 de diciembre de 2010

AMLO es el Lula que México necesita-- Natalia Colmenares

Al buscar en Google las palabras "Lula Mandela" aparecen en primer lugar dos referencias a una entrevista que concedió, en 2005, Martí Batres, actual secretario de Desarrollo Social del gobierno del Distrito Federal: "López Obrador, como Lula, Mandela y Walesa, también será presidente". Para el señor Batres, nadie debe preocuparse "porque el tiempo nos dará la razón". Estoy convencida de ello.


¿Es Andrés Manuel López Obrador el Lula mexicano? Muchos pensamos que sí.


Luis Inácio Lula da Silva, como AMLO, no llegó al poder al primer intento; de hecho, llegó hasta el cuarto.


¿Qué partido postuló a Lula? El PT... Sí, en la actualidad el PT de México es el que apoya a AMLO en su lucha por llegar a la presidencia en 2012.


¿Tienen relaciones el PT mexicano y el brasileño? Muchísimas. Todas transparentes, legales, invariablemente basadas en sueños y en principios.


¿Antes de convertirse en gobernante se acusó a Lula de ser un peligro para Brasil? Sin duda. La propaganda política de la derecha, siempre vulgar, es la misma en todas partes y se fundamenta en la descalificación por la descalificación misma.


¿Con qué mensaje llegó Lula al poder? Con el muy simple de "amor y paz". Sí, exactamente el de López Obrador en la actualidad.


Ayer mencioné un blog de El País, de España, en el que se dice que "en una época en que el poder corrompe, mancha, modifica a los que lo ocupan y decepciona a los votantes, Lula resulta extraordinario. Como Nelson Mandela".


Es lo que le hace falta a México: un Lula, esto es, alguien capaz de encabezar las transformaciones profundas que nuestra sociedad tanto necesita.


Ese cambio no llegó con Vicente Fox, el carismático ranchero que derrotó al PRI pero que no pudo convertirse en el líder histórico que el país exigía. Fox se corrompió y México quedó todavía en peores condiciones que en la época priista.


Con Felipe Calderón, quien llegó a la presidencia luego de un gran fraude electoral, los males del país se han agravado, sobre todo porque Calderón, buscando legitimarse (las urnas de votación no le otorgaron legitimidad), metió a México en una guerra que la sociedad productiva y pacífica va perdiendo.


El fraude electoral impidió el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el único líder con una base social real capaz de cambiar todo lo que en México está mal, que es mucho.


Desde mi posición "derechista" (soy partidaria de la libre empresa y lo seré siempre), creo en los valores éticos de López Obrador y su movimiento de resistencia. Usando ciertas palabras del citado blog de El País, "en tiempos de indecencia y mediocridad" necesitamos dirigentes trascendentes, y Andrés Manuel es uno de ellos. En México, de hecho es el único.


No tienen esa altura el pragmático Marcelo Ebrard Casaubón, el ambicioso Manlio Fabio Beltrones Rivera, el gris Santiago Creel Miranda ni el frívolo Enrique Peña Nieto.


Yo he tomado ya mi decisión. Y repito: no me mueve la ideología. De hecho, para nada estoy de acuerdo con muchos de los simpatizantes radicales de AMLO que, con sus falsas poses "revolucionarias", tanto daño hacen al movimiento.


Si me preguntaran, a los grandes y medianos empresarios mal informados por la propaganda contra López Obrador, les diría que ni se preocupen: Andrés Manuel fomentará la creación de más empresas y de más riqueza, eso sí, en un sano ambiente de competencia económica y cuidando siempre de que los beneficios del desarrollo lleguen a todos, porque actualmente se los apropian solo unos cuantos en un contexto de economía oligopólica que ni es eficiente ni puede garantizar ya condiciones mínimas de convivencia pacífica en México.

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