jueves, 23 de diciembre de 2010

Que nos quede claro, el gobierno federal no aclarará nada--- Polimnia Romana

Cada vez que ocurre un asesinato en este país, las autoridades declaran indignación y prometen que investigarán hasta las últimas consecuencias pero no es así, nada se ha aclarado, seguimos esperando, por ejemplo, a los responsables de la masacre de Tlateloco, a los asesinos de Colosio, de los muertos de Acteal, de Aguas Blancas, de Oaxaca, de Atenco, de los niños quemados vivos en una Guardería subrogada por el IMSS, de los jóvenes de Juárez y Nuevo León, de los niños acribillados en un retén, etc, etc.

Ya son demasiadas las muertes injustas en este país como para seguir inmóviles y creyendo que la justicia llegará del cielo por gracia del espíritu santo. Desde luego que no estoy invitando a hacer justicia por nuestra propia mano y con actos violentos, lo que quiero expresar es que ya es hora de participar activamente como sociedad para poner un alto a la intervención de las fuerzas oscuras que están acabando con la paz social.

En estos momentos, exigir justicia equivale a estar dispuesto a morir, lo acabamos de ver con el asesinato de Marsiela Escobedo, que pedía justicia por la muerte de su hija y fue baleada durante una protesta. ¿Quién aclarará su muerte? Nadie. No es gratis que Calderón viva cercado por guardias de seguridad y un Estado Mayor apanicado. Aceptó usurpar el poder a cambio de perderlo.

Esa es la verdad y el meollo de la violencia y la criminalidad desatadas. Lo que sí podemos hacer es que el poder, que emana del pueblo, esté en manos de mexicanos honestos y comprometidos con los intereses de las mayorías empobrecidas y de la nación desmantelada, y no en manos de los que defienden el gran capital y la bien llamada MAFIA, corrupta e impune. Algún día no muy lejano, porque la verdad siempre sale a la luz, vamos a conocer el móvil de los asesinatos que han herido al pueblo de México.

Algún día conoceremos el móvil de la misteriosa desaparición de Diego Fernández de Cevallos y por qué regresó tan campante, como si no hubiese sido un infierno su secuestro. Algún día sabremos quién ordenó y desde cuándo, devastar Ciudad Juárez, Nuevo León, Tamaulipas, Michoacán, Guerrero y, próximamente, el Estado de México. No es casualidad sino causalidad que México se esté desangrando, y que ninguna autoridad actual pueda esclarecer los crímenes contra la sociedad civil inocente que reclama justicia.

Es una gran mentira la idea de que con el PRI estábamos mejor.Es una treta diabólica hacer creer que regresar a los orígenes de este infierno nos salvará del infierno.

No hay comentarios: