En una media hora pasará Alfonso Durazo por mí. Debemos llegar antes de las ocho de la mañana a la Hacienda los Morales, donde los empresarios de las cámaras europeas de comercio escucharán, en un desayuno, a Andrés Manuel López Obrador hablar de economía. Alfonso y yo, lo mismo que Dante Delgado, asistiremos como representantes de Encuentro, A.C, que es el espacio de diálogo de AMLO con la sociedad civil.
He estado, en los últimos meses, en varias reuniones de López Obrador con empresarios. Se han celebrado en Monterrey, en el Distrito Federal, en Guadalajara y en otros lugares. En todas, Andrés Manuel ha convencido a sus interlocutores de que no es, ni ha sido nunca, un ogro comunista que acabaría con la libre empresa si llegara al poder. Todo lo contrario, AMLO ha expresado con sinceridad que valora lo que hacen las empresas privadas que generan riqueza en un ambiente de sana competencia económica y pagando correctamente sus impuestos, lo que por cierto no hacen los mayores grupos empresariales mexicanos (en Europa tales privilegios son absolutamente impensables, por cierto).
Después del desayuno con las cámaras empresariales europeas, que se realizará frente a representantes de los medios de comunicación, contaré lo que ocurra con la mayor objetividad posible. Será la segunda parte de esta columna.
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