No se trata de noticias marginales. Son países enteros los involucrados en ellas. Pero no nos podemos ni siquiera enterar. Empezamos con Islandia, pequeño país situado en el norte de Europa. en una isla a muchos kilómetros de los países más cercanos.
La crisis, en 2009, había pegado a plenitud. Los bancos, todos privados, fueron yendo a la quiebra. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y algunos países europeos quisieron imponer, para prestar dinero y otras formas de apoyo, las mismas condiciones que a otros países. Pero la gente salió masivamente a las calles para denunciar a los banqueros que habían hundido la economía del país, y a los políticos que lo habían permitido. Pacíficamente, el pueblo de Islandia derribó a su gobierno –del primer ministro para abajo– y exigió que se sometiera a referéndum si se pagaba o no la deuda externa, que el gobierno había decidido pagar. La deuda era de los bancos privados, con Gran Bretaña y Holanda.
En el referéndum, 93 por ciento de los votantes decidió no pagar la deuda. Esto rompía los dogmas de gobiernos y FMI. Los expertos económicos europeos habían previsto el desastre. Sin embargo, los bonos internacionales emitidos por Islandia se vendieron. Se negó todo tipo de subsidio a los bancos quebrados y, al contrario, la mayoría fueron nacionalizados. Varios banqueros se vieron entre la cárcel y la salida del país, y algunos no tuvieron elección. También un ex primer ministro fue encarcelado. La especulación fue convertida en un crimen.
La influencia se empezaba a notar. En España, los indignados la empezaron a evocar. Un cartel decía Pienso en Islandia y otro lema, Islandia es mi meta. En la misma España, el movimiento empieza a alcanzar también a la banca (Santander). En Grecia también empezaron las repercusiones.
El pueblo islandés impone la elección directa de 25 personas sin partido para que redacten una nueva Constitución, la cual está en proceso de elaboración.
¿Por qué se rodea este movimiento, esta transformación, con el silencio?
Otro ejemplo, muy diferente pero también importante, es el de Líbano. El pasado lunes 13 se formó, después de cinco meses de esfuerzos, un nuevo gabinete. Este proceso empezó al ser derrocado un gobierno de derecha en enero pasado, lo que ya era noticia.
Un periodista occidental se burlaba de las dificultades para formar un gabinete de 30 personas, para lograr el consenso, poniendo el ejemplo de su país con sólo dos partidos. Pero Líbano tiene multitud de corrientes y un buen número de religiones. Tuvo años de guerra civil, y para evitar que ésta siguiera, y con tanta diversidad, tuvieron que aprender a ponerse de acuerdo. Por lo menos los representantes de la mayoría.
Por cierto, la información sobre estos hechos no está totalmente silenciada. Incluso el Diario del Pueblo de China publicó una información detallada. Pero el silencio predomina, y la mayoría de la información por Internet al respecto es de origen local.
En el proceso, de enero a julio, hubo pasos. El 8 de marzo se formó una coalición, con el nombre de esa fecha, encabezada por Hezbollah (o Hizbullah), agrupación política y armada shiíta (una de las variantes musulmanas). Esa agrupación 8 de Marzo tiene 17 de los 30 miembros del nuevo gabinete. El porcentaje tiene un valor por las decisiones con votación del gabinete.
Por ejemplo, el Movimiento Patriótico Libre, encabezado por el general Michel Aoun, tiene poco peso aunque es conocido, y es aliado de Hezbollah en el mismo frente. El Partido Progresista Socialista Druso (otra variante religiosa) tiene tres representantes en el gabinete, pero también es su aliado en el 8 de Marzo. El presidente Suleiman, en cambio, tiene sólo dos miembros en el gabinete.
También tienen sus cuotas en el gabinete católicos y sunitas (otros musulmanes). Como se ve, hay varios grupos de izquierda, parte de ellos congregados en el 8 de Marzo, mayoritario en el gabinete. Pero la coalición gobernante es de centro izquierda. Dentro de ella, la coalición de centro tiene al primer ministro Najib Mikati, y en total cuenta con siete miembros del gabinete.
Las primeras felicitaciones al nuevo gobierno vinieron de su vecino Siria y de Irán, que ha apoyado a Hezbollah. Falta la ratificación del Parlamento.
Hezbollah jugó un papel muy importante en la Segunda Guerra de Líbano (2006). Para varios que la observaron de cerca, la ganó.
Este cambio en Líbano, y todo este proceso hasta el momento, son lo suficientemente importantes como para que la gente esté enterada. Pero tanto el caso de Islandia como este, insisto, han sido rodeados con una cortina de silencio.
El derecho a la información no es sólo a documentos y similares. También es el derecho de saber lo que está pasando.
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