Una de las tareas primordiales que se ha propuesto Andrés Manuel López Obrador en los últimos años ha sido sin duda la de informar a la población sobre la realidad que percibe a lo largo y ancho del país, muy distinta a la que ofrecen los medios oficialistas a través de comunicadores inclinados a la derecha para que todo siga igual.
Un Movimiento como MORENA, que persigue el bienestar de las mayorías y el rescate de México como país libre y soberano, no puede lograr sus objetivos si no es mediante el apoyo de esa gente al que está destinado.
Pero nada cambiará si no hay convencimiento de que el Proyecto Alternativo de Nación que encarna López Obrador es el camino adecuado. De nada valdría llegar al poder si el ansiado cambio no surge de una nueva forma de pensar y de sentir, donde la realidad supere las mentiras y las fantasías que nos vende la tele, y permita la ubicación exacta de las causa y los responsables de la debacle en la que estamos inmersos, porque para remediar las consecuencias es necesario combatir las causas.
Por ejemplo, ayer nos enteramos en el diario La Jornada que Joaquín Vial, economista y jefe para Latinoamérica del Grupo BBVA, México se convirtió en la EXCEPCIÓN de América Latina en cuanto a la RECUPERACIÓN DEL EMPLEO, y que ha aumentado la pobreza después de la más reciente crisis. El panorama general de la región, dijo, es que se ha dado un aumento fuerte del empleo en prácticamente todos los países, especialmente en el sector formal, y también una disminución de los indicadores de pobreza, menos en México.
La misma información oficial publicada el viernes pasado dio cuenta de que el universo de personas en México que no logró trabajar siquiera una hora a la semana se disparó a 2 MILLONES 564 MIL 100 en junio de este año, 60 por ciento más respecto de la cifra registrada al comienzo de la actual administración federal, en diciembre de 2006, y que el número de mexicanos que se desempeña en actividades informales, sin prestaciones ni acceso a la seguridad social, superó a los que tienen una ocupación permanente en el sector formal, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Es decir que de la economía informal viven 13 millones 400 mil personas, 2 MILLONES MÁS que en diciembre de 2006.
Así que las declaraciones engañosas de Cordero, Carstens, Lozano y el mismo Calderón constituyen una verdadera mentira.
Quien se proclamó presidente del empleo, y no de la guerra como debió haber sido, ha dado resultados nefastos a la población. Y no sólo él es el responsable, también lo son quienes avalaron el fraude electoral y pactaron por debajo de la mesa el reparto del botín y los acuerdos para seguir golpeando la economía familiar y entregar la patria al mejor postor. Me refiero especialmente al PRI y a los partidos que han sido cómplices de nuestra actual tragedia.
Sin empleo, sin posibilidades de sobrevivir de manera digna es IMPOSIBLE pedir que la gente crea que por el mismo camino las cosas van a mejorar, y tampoco que se comporten como ciudadanos ejemplares mientras las tripas les chillan de hambre.
Ese es el meollo de la lucha que tenemos que enfrentar porque marca la diferencia entre el Proyecto de Nación de López Obrador con el de los gobiernos neoliberales que nos tienen en la ruina.
Pero no basta la buena voluntad y el apoyo a la ligera. Lo realmente fundamental es que la gente esté convencida de que urge un cambio en la forma de hacer política, y ese convencimiento sólo llegará a través de información real.
Esa es nuestra tarea y la mejor contribución que nos pide nuestro líder.
Recuerdo, tal vez de manera romántica si se quiere, aquella película sobre el hundimiento del Poseidón. Los que se salvaron fueron los que creyeron que el barco realmente se estaba hundiendo y no esperaron que alguien viniera a salvarlos. Unidos buscaron los posibles caminos que podían llevarlos a la superficie y agarrados de las manos se salvaron unos a otros.
No todos los que perecieron estaban esperando ayuda, es cierto, simplemente perdieron la esperanza y el pánico los inmovilizó.
Una de las cosas más valiosas que le ha dado Andrés Manuel López Obrador a este país es la esperanza de que más temprano que tarde el cambio se dará y que luchar por él es motivo de alegría y no de miedo.
¡Viva MoReNa!
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