Sin duda uno de los tres políticos más completos de México es Manlio Fabio Beltrones Rivera.
Beltrones es un personaje que conoce todos los espacios necesarios para representar tanto a un partido político, igual que a un legislador y entre sus más conocidos resortes está su magnífico trabajo con los medios de comunicación.
Beltrones es su propio jefe de prensa, igual que su publicista y promotor.
Está informado casi en tiempo real de todo lo que acontece en el ámbito político y empresarial del país. Tiene un olfato político, ese sí sin comparación, que le permite actuar con toda eficacia y pertinencia ante cualquier evento o imponderable que se presente en la vida pública, y hasta privada, de la nación.
Hay quienes critican a Manlio Fabio Beltrones porque dicen que tiene permiso para imponer a su yerno como candidato al senado por el Partido Verde en coalición con el PRI.
Manlio es quien amarra a los Verdes desde los tiempos en que los dirigía Jorge González Torres. Fuero ellos los que en los días álgidos de 1989, cuando el país se convulsionaba con la caída del sistema que instrumentó Manuel Barttlet por medio de su equipo mapache encabezado por el impresentable Dr. Oscar Delasse, cuando Jorge González Torres inició la desbanda del Frente Democrático Nacional, que era el conjunto de corrientes y partidos que postularon como candidato presidencial a Cuauhtémoc Cárdenas en aquellas cuestionadas elecciones.
Acción de la que Beltrones no fue ajeno.
Postular a su yerno no es una ganancia segura para el Verde, menos para el PRI.
Pablo Escudero tiene que apoyar al máximo a Beatriz Paredes para que no se vaya a desplomar hasta el tercer lugar en el DF y entonces pierdan la posición de primera minoría.
Derrotar a Miguel Ángel Mancera va a resultar una tarea casi fuera de las posibilidades de la tlaxcalteca.
El escenario no es del todo halagador para Paredes Rangel. Es una política de tenebra, de discurso, de planteamientos. Pero sus cargos de elección popular fuero cuando el PRI era partido único. Ya se vió en su pasada experiencia como candidata al gobierno del DF que no está acostumbrada a trabajar en lo que es campo real.
La llegada de Pablo Escudero a la fórmula al senado pone de parte de Paredes el enorme capital político de Manlio.
Realmente sí el asunto fuera solamente familiar, Beltrones le hubiera buscado un lugar en la lista a Escudero.
Pero está en juego la votación presidencial en la que Enrique Peña Nieto no tiene todas consigo en el Distrito Federal. Una paliza a la coalición PRI-PVEM en la capital del país, ya sea ocasionada por la flojera como candidata de Paredes o por el crecimiento de la Sra. Miranda de Wallace, puede representar la pérdida de un margen amplio en la presumible victoria en julio primero de Peña.
Beltrones es pieza clave para reposicionar al PRI en casi todos los espacios. Una tarea que solamente conocen los cuadros con una carrera como la suya.
Hay consideraciones nada despreciables, como la de Leo Zuckerman, que afirma que la generación del llamado "Efecto Peña" fue producto de una coalición de gobernadores.
Eso es cierto. Pero sus alcances no llegan hasta el reacomodo de las principales corrientes del priísmo en el país. Menos al amarre de grupos de poder como la Iglesia, el empresariado y los medios de comunicación, antes considerados como "Grupos de Presión" por los politólogos. Pero que en el México de estos tiempos son ya poderes reales, fácticos le han denominado los analistas.
Un personaje con la capacidad de convocatoria y el olfato de Manlio Fabio Beltrones no juega apuestas menores. Sean personales o familiares.
Hace unos días en Guanajuato desmintió la versión de que hubiera negociado con Enrique Peña Nieto posiciones para abandonar la lucha por la candidatura presidencial del PRI.
Por ejemplo fue categórico al decir que jamás había pactado con Peña que el candidato en Guanajuato fuera el senador Arroyo y que esa especulación había que aclararla de inmediato.
Beltrones no se negocia por una senaduría y menos por una candidatura de improbable perfil triunfadora como la de Guanajuato. Asentó que lo de Guanajuato lo deciden los guanajuatenses, no los sonorenses.
Manlio Fabio Beltrones será siendo uno de los principales apoyos de Enrique Peña Nieto. Su impresionante capacidad de maniobra tiene que ser uno de los más importantes factores en el diseño político integral que lleve a la presidencia al mexiquense, y con ello regrese la normalidad a este país ensangrentado.
Coldweel lo señaló con toda claridad: los de Fox y Calderón han sido sexenios de ineficiencia, frivolidades, corrupción y obsesiones. Y aseguró que México está a punto de salir de ese nefasto túnel. Con la victoria de Enrique Peña desde luego.
Beltrones no es un político que presione sin cálculo. Lo hace cuando es necesario, pero con lealtad al sistema que lo ha formado y con una capacidad de adaptación a los nuevos instrumentos políticos que han aparecido en el mundo de la actividad pública.
A Manlio no se le mide por concesiones. Se le considera por su gran valor de operador político sin comparación en México.
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