lunes, 30 de enero de 2012

Cemex, AMLO, la “mafia”, la basura-- FEDERICO ARREOLA

Interesante reportaje de Reforma sobre el uso que hace la empresa Cemex, de Monterrey, de la basura que se genera en el Distrito Federal. Lo sintetizo enseguida.

La planta que Cemex tiene en Puebla recibe, desde noviembre, basura de los capitalinos: “Pacas con PET, plásticos sin cloro, papel, cartón, tetrapack y madera son convertidas en combustible”.

Eso se hace porque, en septiembre pasado, Cemex y el gobierno del DF firmaron un convenio.

Eduardo González, director de Combustibles Alternos y Sustentabilidad de Cemex, dijo que el gobierno capitalino cubre el flete de 140 pesos por tonelada y lo envía a la planta de Puebla.

Según Reforma, las autoridades del DF afinan detalles para elevar el volumen de basura que se manda a Cemex, que por el momento fluctúa entre 500 y 600 toneladas de residuos al día.

La planta de Cemex de Puebla, la más moderna y grande de Latinoamérica, ya construye una nave para poder recibir mil toneladas diarias de desechos compactados.

Hay que destacar que la basura capitalina que Cemex recibe por sí sola no tiene el poder calorífico que requiere un horno cementero, por lo que se suma a otros combustibles.

Otras instalaciones de Cemex ubicadas en el centro del país también recibirán basura capitalina. Los directivos de la cementera estiman que, en total, podrán recibir entre 3mil y 4 mil toneladas diarias.

Otras cementeras, Cruz Azul y Apasco, se sumarán al proyecto y quemarán también basura del DF, informó a Reforma el secretario de Obras del DF, Fernando Aboitiz.

Es bueno que una empresa considerada parte de la “mafia” por la izquierda mexicana colabore con el principal gobierno izquierdista en la solución de un problema grave como el de la basura en el Distrito Federal.

Ojalá algún día la izquierda nacional aprenda que las empresas no son malas, que hay, sí, empresarios tramposos a los que se debe combatir… empresarios como Alfonso Romo, de Monterrey, que le ha jugado chueco hasta a su propia familia.

Lo curioso es que Romo, que tiene el peor prestigio empresarial, no es considerado parte de la “mafia” por la izquierda. O ya no. Digo, jamás voy a entender cómo fue que alguien como Poncho se convirtió en el empresario de cabecera de Andrés Manuel López Obrador.

Hace tiempo charlé con otro integrante de la “mafia”, Pedro Aspe, que es en mi opinión un economista destacado y honorable.

Aspe trabajó como subordinado de Romo. El tiempo, las crisis de las empresas de Poncho y hasta el desarrollo de Pedro, los separaron.

Ahora Poncho Romo es un hombre de negocios menor que ha sido echado de grupos empresariales como el de “Los Diez” de Monterrey, mientras que Pedro Aspe maneja empresas cada día más prósperas y participa en consejos de compañías e instituciones de primer nivel en el primer mundo.

El caso es que Romo y Aspe vienen de donde mismo, pero uno, el de gran prestigiado, sigue perteneciendo a la “mafia” y el otro, el desacreditado, ya es un empresario progresista.

Sigo pensando que Andrés Manuel es la mejor opción para gobernar a México. Pero no entiendo algunas de las cosas que hace, como confiar en Romo para acercarse a los empresarios, sin haberse todavía decidido a quitar la etiqueta de “mafiosos” a los verdaderos líderes de la comunidad empresarial.

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