martes, 31 de enero de 2012

¡Gracias Mitofsky! AMLO y Peña Nieto empatados-- Víctor M. Toledo

Análisis de Víctor Hernández en artículo en La Jornada
Esta mañana, al revisar los diarios, como cada mañana, encontré publicado en La Jornada, un texto de Víctor M. Toledo que refiere al análisis de las encuestas de Mitofsky que realizó nuestro director, Víctor Hernández. A continuación el texto y la liga. ¡En horabuena!

La historia reciente del país ha sido, desde la perspectiva democrática, de trampas, fraudes y manipulaciones. Una fórmula recurrentemente utilizada por las elites del poder ha sido la diseminación masiva de falsedades, convencidas de que una mentira divulgada miles de veces termina por volverse una verdad. Este fue el principio utilizado por el nazismo y otros regímenes totalitarios y aún hoy es usado, pero a una escala mucho mayor, a través de los poderosos medios de comunicación de masas. En México esta práctica persiste, dado los monopolios que existen en la televisión y la radio. Por ejemplo, la mancuerna Televisa y Tv Azteca puede manipular, burda o sutilmente, la mente de millones de mexicanos. Basta una noticia sesgada, una frase sacada de contexto o una imagen trucada para impactar a millones de votantes. Por fortuna, la palabra precisa es podían, pues hoy ha aparecido un pequeño David capaz de doblegar a esos emporios: las redes sociales (RS).
Politólogos como César Cancino hacen notar la diferencia nítida que existe entre estos dos ámbitos de la comunicación moderna. Mientras que que emiten Tv y Radio es unidireccional, vertical, del medio al receptor, sin posibilidad alguna de interacción o diálogo, las RS conectan simultáneamente a miles de personas de manera horizontal, desde sus propios intereses y necesidades, y sin mayor límite que su creatividad.

En la dimensión electoral, las RS, que ya bordan los 40 millones de usuarios en México, adquieren una mayor fuerza por un hecho contundente: en 2012 votarán 14 millones de nuevos jóvenes, los cuales conforman la mayoría de quienes utilizan Twitter, Facebook y You Tube. Veamos lo que ha sucedido con las encuestas en estos dos ámbitos de comunicación.

De las numerosas empresas encuestadoras, dos son las más divulgadas por las televisoras y la radio: Gea-Isa y Mitofsky. Esta última tiene además derecho de audiencia en Televisa y con sus comentaristas, a tal punto que cada mes sus resultados son difundidos y comentados.

La presencia en el noticiario estelar de Televisa equivale a entrar a 9 millones de hogares mexicanos. En diciembre, Mitofsky colocó a EPN en primer lugar, a JVM en segundo y a AMLO en tercero. Desde las RS estos resultados fueron cuestionados, dado que los encuestados pertenecían a 18.4 por ciento de hogares de la clase alta, a 55 por ciento de clase media, y a 26.8 por ciento de clase baja, en un país donde al menos la mitad de la población es pobre. En su encuesta de enero de 2012, Mitofsky corrige el universo de encuestados e interroga a 52.2 por ciento de ciudadanos de hogares de una clase baja, 33.2 por ciento de la clase media y 14.6 por ciento de clase alta. Sus resultados, sin embargo, son prácticamente los mismos: EPN, 41 por ciento; JVM, 23 por ciento, y AMLO, 18 por ciento. Difícil de creer que la misma sopa se cocine con ingredientes diferentes.

Fue sin embargo una entrevista concedida por Roy Campos, gerente de Mitofsky, a Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula (escuchar: http: //www.divshare.com/download/16641850-638), la que permitió al analista Víctor Hernández realizar un descubrimiento de altos vuelos (ver su ensayo en: www.blogdeizquierda.com). Ahí, Roy Campos reveló datos muy sensibles, pues ofreció porcentajes de los votos de 2006 que cada candidato retenía en 2012, así como los votos que se iban a las fuerzas contrarias. Utilizando las cuestionadas cifras oficiales de 2006, V. Hernández calculó el número total de votos estimados para cada competidor. Con base a los números presentados por Mitofsky los porcentajes de los candidatos quedan de esta forma: EPN, 30.7 por ciento; AMLO, 28.42 por ciento, JVM, 23.82 por ciento, lo cual quiere decir que en realidad hay un empate técnico entre AMLO y Peña Nieto (puesto que el margen de error de la encuesta es de +-3.1 por ciento) y JVM en un lejano tercer lugar.

Es interesante señalar por último que las encuestas divulgadas por los medios masivos de comunicación no coinciden con los ejercicios realizados por organizaciones o ciudadanos en las RS. Por ejemplo la I Encuesta Nacional Independiente, realizada entre mil ciudadanos a través del teléfono (http ://tu.tv/videos/1a-encuesta-nacional-independiente) arroja: AMLO, 28 por ciento; EPN, 23 por ciento, JVM, 16 por ciento, y no sabe, 33 por ciento. Otra realizada con 90 mil encuestados vía telefónica hacia mediados de enero de 2012, (http://elmenospeor.com) dio AMLO, 59 por ciento; JVM, 29 por ciento, y EPN, 12 por ciento. UNO Noticias por su parte encuentra entre usuarios de Internet lo siguiente: AMLO, 24 por ciento; EPN, 11 por ciento y JVM, 9.5 por ciento, y no sabe o no contesta, 37 por ciento (ver YouTube: Encuesta Uno Noticias Elecciones México 2012).

De no ser desmentido por Mitofsky, el análisis de V. Hernández habrá quedado al descubierto un procedimiento que consiste en divulgar tendencias electorales falsas por la televisión, que después son de inmediato y en automático, difundidas y comentadas por otros medios, incluyendo decenas de periodistas encabezados por los de Milenio. Sea lo que fuere, estamos ya ante el nacimiento de nuevos procesos políticos donde las asambleas virtuales se agregan a otros ámbitos como la plaza pública o los mítines manipulados: las RS constituyen una nueva ágora, el lugar donde se construye cotidianamente la ciudadanía y se definen muchos valores sociales. Utilizando las palabras de C. Cancino “…si en algún lugar se juega hoy la democracia, entendida como el espacio público donde los ciudadanos deliberan desde su radical diferencia sobre todos los asuntos que les atañen, es en las redes sociales, un puente poderoso que pone en contacto en tiempo real a millones de individuos”. Ello significa que las sociedades se están volviendo cada vez más protagonistas de su propia historia, incluyendo a la mexicana. Gracias Mitofsky

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