¿Por qué quiere Karam liquidar a 319 mil trabajadores del IMSS? ¿Estaba enterado Valdemar Gutiérrez Fragoso, diputado panista y archicuestionado líder del SNTSS?
Recientes estudios del actuario Carlos Soto muestran que, después de 14 años de operación de la reforma Zedillo a la Ley del IMSS (1995), las cuotas totales como porcentaje de los salarios de cotización han disminuido de 19.5 a 16.5 ¿Cómo impactan estas condiciones al IMSS?
Las cuotas patronales cayeron de 14.55 a 11.45 por ciento y las de los trabajadores bajaron de 4.125 a 1.4 por ciento, mientras la aportación del gobierno federal se elevó de 0.825 a 4.825.
Además, la ley Zedillo que privatizó el sistema de pensiones (apartado A), también ha generado una pérdida neta en el financiamiento del principal seguro del IMSS. Las cuotas al seguro de enfermedad y maternidad (SEM) pasaron –en 14 años– de 12.5 a 9.63 por ciento del salario de cotización.
¿Cómo pueden mejorar los servicios cuando se le han restado al SEM cuotas por 3.36 por ciento en 14 años? Es decir: ¡una pérdida de ingresos institucionales equivalente a 368 mil 879 millones de pesos! Respecto a 1997, los patrones aportan 1.65 por ciento menos, los trabajadores 0.66 y el Estado 1.05.
No sorprende entonces que desde 2001 la tecnocracia foxista (Santiago Levy), y después la calderonista (Molinar Horcasitas-Karam), propalaran sistemáticamente –toda una década– la crisis del SEM, a través del siempre apocalíptico Informe al Ejecutivo federal y al Congreso de la Unión sobre la situación financiera y los riesgos del IMSS.
Por ejemplo en su edición 2010-2011 consigna que la situación financiera que enfrenta el instituto es compleja y que el principal problema es el desequilibrio estructural entre las aportaciones al SEM, los gastos médicos de pensionados (GMP) y las obligaciones para atender a una población con necesidades de salud cada vez más complejas y costosas (p. V1).
¡Claro! ¡Si el SEM ha sido estratégicamente desfinanciado desde 1997!
Sobre los GMP –que las autoridades del IMSS publicitan para desprestigiar a los privilegiados trabajadores– el informe afirma que: en términos relativos, el déficit que observa la cobertura de GMP es uno de los más altos, ya que en 2011 representaría 139 por ciento de los ingresos por cuotas obrero-patronales y aportaciones del gobierno federal de la cobertura y, de acuerdo con las proyecciones realizadas, podría llegar a representar 436 por ciento en 2050” (p. 96).
El informe también aclara que, para determinar el gasto futuro de la cobertura de GMP, se consideró la población pensionada por el IMSS: trabajadores de empresas afiliadas, los propios del instituto y los nuevos pensionados, con estimados de la sobrevivencia calculados con bases biométricas aplicadas por las compañías aseguradoras de fondos de pensiones.
A diciembre de 2010 se trataba de 3 millones de pensionados: 43 por ciento son mujeres con edad promedio de 62 años y 56 por ciento son hombres con edad promedio de 65.1 años. La presión que ejercerán sobre los gastos institucionales, insiste el informe, será significativa por el aumento en la esperanza de vida y porque presentan con frecuencia enfermedades crónico-degenerativas de alto costo y uso más intensivo de los servicios médicos. Los pensionados sobreviven al retiro 20 años en promedio y crecerán a una tasa constante de 2.5 por ciento anual en términos reales durante los 100 años de proyección. En 2010, el costo promedio general obtenido fue de 14 mil 736 pesos anuales (pp. 261-262).
La visión oficial del cuadro estratégico del desfinanciamiento se completa con las enfermedades de alto costo y el impacto del régimen de jubilaciones y pensiones (RJP).
Respecto a las enfermedades de alto costo, el informe señala que: en 2050 el gasto médico que tendría que destinarse al tratamiento de diabetes mellitus, hipertensión arterial e insuficiencia renal sería mayor al esperado para 2011 en 439, 502 y 1,224 por ciento, respectivamente. El derivado del cáncer cérvico-uterino se incrementaría entre 2011 y 2050 en 372 por ciento, mientras que el correspondiente a VIH/sida y cáncer de mama aumentaría en 316 y 347 por ciento (p. 38).
Durante más de una década, los funcionarios designados por Fox y Calderón han reiterado que, como prestador de servicios y administrador, el IMSS enfrenta como principal problema el pasivo laboral del régimen de jubilaciones y pensiones de sus propios trabajadores.
Ese pasivo, subrayan, ha crecido en los últimos 11 años a una tasa real de 13.5 por ciento en promedio anual, 9.7 por ciento del PIB (p. 170).
Así se ha fabricado mediáticamente, durante ya más de 10 años, una crisis institucional como pantalla del escandaloso fracaso de la ley Zedillo que reformó al IMSS en 1995. Los salarios de los altos funcionarios son los más altos de la historia, pero los servicios están peor que nunca.
Con 12 años de pésimas administraciones panistas a cuestas, acosado y sin salidas por el impacto desfinanciador de la ley Zedillo, ahora Karam quiere liquidar a 319 mil trabajadores. ¿Y Valdemar Gutiérrez Fragoso, también?
Con apresuramiento y sin las aclaraciones del caso, ambos se han visto obligados a comunicar que: la institución garantiza sus servicios y la permanencia de las condiciones laborales de sus trabajadores, involucrando –de paso– al Poder Legislativo con el que, según ellos, han trabajado de la mano (La Jornada, 13 de febrero).
¿Intervendrán en el asunto los candidatos a la Presidencia?
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