lunes, 7 de enero de 2013


ENLACE. La SEP miente y algunos expertos también

ANEL GUADALUPE MONTERO DÍAZ@Anelin00dom 6 de enero de 2013

 Escuchar a  analistas como Macario Schettino declarar en el excelente programa de Ezra Shabot  en Once TV “Dinero y Poder”, que no se ha reconocido el avance en materia educativa (promovido por los sexenios panistas, claro está) basado únicamente en los resultados de la prueba de ENLACE,  evidencia un tipo de experto que supedita la razón a la simpatía política. Fenómeno que no es raro en el frívolo mundo de la manipulación política de números, datos, cifras y demás, supeditado a su militancia partidista.
Esto es grave, porque los funcionarios, expertos y responsables de la educación, que usted o yo , estimado lector, damos por descontado que trabajan por México, suelen enfocar esas energías en pro de sus partidos políticos, intereses o simpatías personales y esto no solamente refleja una gravísima falta de profesionalismo, sino que ponen al descubierto los juegos de poder dentro de la institución. Éstos personajes, renuncian a la credibilidad, autoridad moral y servicio profesional para convertirse en cancerberos del poder.
Y así, tenemos por ejemplo al ex secretario de educación, José Ángel Córdova Villalobos, quien calificó como “bueno”[i] el sexenio anterior en materia educativa y se atrevió incluso a dar una calificación de “8 o 9” en cuanto al desempeño de la SEP en México.
De repente, se le olvidó al funcionario que no existe una base de datos confiable acerca de cuántos docentes laboran en nuestro país y en dónde, tampoco recordó la opacidad del SNTE en cuanto a las cuotas de sus agremiados y qué decir de los pagos a los docentes comisionados, de los operadores políticos que son premiados con puestos clave en la burocracia oficial y de las prebendas otorgadas por el ex presidente Felipe Calderón a la señora Elba Esther Gordillo: el ISSSTE, la LOTENAL y la misma SEP.
Por supuesto, el ex secretario de educación es sólo un botón de muestra. Regresemos con el señor Schettino, quien en el marco del programa Dinero y Poder, reiteró aberraciones tales como que “no se ha valorado el avance en el desempeño de la prueba de ENLACE”, pero ¿es así?
En su atinado artículo “El fraudulento legado”, Axel Didriksson establece[ii]:
“No es posible revertir, como se pretende, años de resultados educativos mediocres (de 2006 a 2011) a uno de altura internacional (el de 2012, ¡curiosamente!) sin haber hecho nada en materia de currículum (porque están aún a prueba las modificaciones que se propusieron casi al final del sexenio), sin que se hayan establecido mecanismos para organizar de forma integral la educación básica completa, con los mismos maestros y con los mismos burócratas y directores, y sin haber superado ni medianamente las actuales condiciones de desigualdad e inequidad económicas y sociales de los alumnos. 
No pueden alcanzarse cosas diferentes si se mantienen las condiciones iguales, de entorpecimiento a los cambios fundamentales, para el caso por la vía de pruebas de opción múltiple basadas en la memorización y en la repetición de los alumnos, porque, como dice el colombiano William Ospina (La escuela de la noche, 2008), “demasiada información es lo más parecido al alimento excesivo; de nada sirve la memoria sin el desarrollo de la inteligencia”. 
Por eso es inverosímil que los resultados, de por sí en general muy bajos (60% de insuficiencia en primaria y 80% en secundaria), de la última prueba ENLACE, recientemente conocidos, hayan reportado un avance estratosférico en el desempeño de los alumnos en matemáticas, pero no en ciencias, y mucho menos en español. Esto es inverosímil, porque no se puede comprender el lenguaje matemático sin un conocimiento de la lógica del método científico, y menos aún sin comprender lo que se lee y lo que se escribe (en donde los resultados fueron similares a años anteriores o peores). El maquillaje de cifras y demostraciones que ha buscado hacer la SEP no tiene nombre ni ética.” 
No es la única contradicción que se puede señalar al respecto, estimado lector. La RIEB entraña en sí misma el germen de la contradicción. Los fundamentos filosóficos de la Reforma bajo el enfoque por competencias, están basados en el paradigma de la complejidad, de Édgar Morin ¿cómo es pues que ENLACE se convierte en la única referencia para catalogar el desempeño de un maestro, un alumno, una escuela y la comunidad educativa en general? 
El mero hecho de que ENLACE tenga el peso específico que representa hoy por hoy en la toma de decisiones que garantice prebendas a profesores, aportes presupuestales a las entidades federativas y el reconocimiento de la OCDE por “promover la calidad educativa”, representa lo que el mismo Édgar Morín denominó “paradigma de la simplicidad”, que abre la puerta a todas las manipulaciones posibles y, por supuesto contraviene el espíritu mismo de la RIEB. 
Didriksson continúa: 
“Otra fantasía de este final de sexenio es la pregonada por Felipe Calderón en su VI informe de gobierno, consistente en que se rebasó la cobertura de 30% en la tasa bruta de escolarización de la educación superior y que existen condiciones para universalizar dentro de poco la educación media superior. Nada que ver con la realidad estrujante de millones de jóvenes sumidos en la desescolarización y el subempleo. ¿De qué manera se puede mentir de tal forma, cuando se viven cada año conflictos de rechazados de miles de estudiantes con una sola demanda, la de poder ingresar a la educación superior? 
Puede agregarse a lo anterior que la inversión pública en ciencia y tecnología no rebasó el 0.4% en relación con el PIB (cuando está mandatado orientar el 1% como mínimo), la zozobra de las instituciones de educación superior y universidades públicas ante los recortes presupuestales que se vivieron y los que se avecinan, las cifras más altas de rezago escolar que se hayan tenido, el incremento del nivel de analfabetismo en la población adulta, la increíble cifra de más de 30 millones de mexicanos que no cuentan con los mínimos conocimientos para aprovecharlos en beneficio de su bienestar social y laboral, la reproducción de la desigualdad para indígenas, mujeres y pobres, en un sistema que prepara a las mayorías para el trabajo informal y no para una formación inteligente” 
No tiene punto de comparación, la crítica acertada a la prueba ENLACE, realizada por el señor Didriksson al enaltecimiento de “los logros educativos” de Macario Schettino.
Sin embargo, mientras que el primero es de “de izquierda”, el segundo es uno de los más entusiastas promotores del panismo en México[iii] y en nuestro país, parece que la razón es un acto de fe, supeditada al punto de la geografía política donde se ubique el “experto”.
En ese orden de ideas, estimado lector, podemos afirmar que a pesar de que en todos los foros (El Universal y programas de radio y TV) el señor Schettino pretende vender a ENLACE como la panacea panista en materia educativa, esto no solamente representa un insulto a la inteligencia de los profesionales de la educación de este país, sino a los mexicanos en general.
ENLACE, este instrumento homogeneizante, estándar y plagado de errores, está resultando la pesadilla del sistema educativo nacional.  Ahora, en la mayoría de las escuelas se educa para el examen de  ENLACE, no para la vida, tomando en cuenta que meses antes comienza la preparación para la presentación del mismo, más allá de los contenidos que indique el plan y programa de estudios: lo que importa es “lo que viene en la prueba”. 
 ¿Educar para ENLACE o educar para la vida? 
Así las cosas
¿Usted qué opina, estimado lector?

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