Entre más amplia y profunda sea la reforma atraerá más inversión, señala directivo
Pide Shell abrir al capital privado todas las áreas del sector energético en México
Ex empleados de Shell protestaron frente al Tribunal Superior del Trabajo en Brasilia el miércoles 14. Las cruces pintadas en la manta son en honor de 60 trabajadores que, según un sindicato, murieron de intoxicación por exposición a la alta toxicidad en una planta de pesticidas en Paulinia, Sao Paulo, a lo largo de 30 añosFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Viernes 15 de febrero de 2013, p. 27
Viernes 15 de febrero de 2013, p. 27
El gobierno mexicano quiere atraer a grandes jugadores internacionales a su rico sector petrolero, pero sólo podrá hacerlo si concreta una reforma energética que permita la entrada al capital privado a todas las áreas del sector y garantice reglas del juego claras, dijo el directivo de Shell en el país. El presidente Enrique Peña Nieto, quien tomó posesión en diciembre, aspira contar este año con varias reformas estructurales que considera imprescindibles para impulsar a la segunda economía de América Latina.
“Él ha vendido la reforma energética como necesaria para captar inversión privada y dar nuevos bríos al sector y a la estatal petrolera Pemex, que busca elevar su estancada producción petrolera de unos 2.5 millones de barriles por día.
Creo que como país, México para realmente aprovechar el potencial que tiene, en principio, entre más abierto sea el régimen que propongan, entre más amplia y profunda sea la reforma, sin duda atraerá mas inversión, dijo Alberto de la Fuente, presidente de la filial de la anglo-holandesa Royal Dutch Shell en México.
Tiene que ser finalmente un régimen competitivo, indicó.
Si las condiciones en México no son competitivas o atractivas en comparación con otros países, se vuelve difícil atraer inversión, agregó.
La iniciativa de reforma energética, aún en pasos iniciales, podría ir desde una basada en una reforma constitucional, que para analistas e inversionistas daría más certeza jurídica, hasta otras figuras como inversión conjunta entre Pemex y otras petroleras. Incluso se ha planteado la posibilidad de llevar un lote de acciones de la petrolera estatal a la bolsa.
Entre más profunda sea la reforma evidentemente mayor inversión y, en ese sentido, efectivamente una reforma constitucional seguramente traería más inversión, señaló De la Fuente. Sin embargo, opinó que una eventual modificación a la Carta Magna tendría que ir acompañada de leyes secundarias claras que apoyaran la apertura y dieran mayor certidumbre.
No es una condición suficiente que haya una reforma constitucional para que entonces al día siguiente llegue toda la inversión a México, afirmó.
Propiedad de reservas petroleras
Peña Nieto ha dicho que la reforma no busca privatizar Pemex y que el Estado seguirá siendo el dueño de los recursos estratégicos, pero sus detractores dicen que el mandatario cederá las ganancias petroleras a corporaciones privadas mexicanas y extranjeras.
La propiedad de los hidrocarburos en México es un tema delicado. La industria petrolera fue nacionalizada en 1938 y desde entonces es emblema de soberanía nacional. Además, Pemex es la única que puede explotar la riqueza energética del país.
Obviamente lo que más te gustaría es que las reservas fueran tuyas finalmente, pero al final de cuentas creo que hay que ver todo en su conjunto, explicó De la Fuente sobre el hecho de que los hidrocarburos permanezcan en propiedad del Estado.
Pemex, motor de la economía mexicana, afronta nuevos retos como la incursión en aguas profundas y la posibilidad de contar con grandes reservas de recursos no convencionales como gas shale (gas de esquisto) y oil shale (petróleo en rocas lutitas) que cambiarían el escenario energético del país, pero que requieren millonarias inversiones.
En 2008, algunos legisladores del PRI se unieron a los del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para bloquear partes de una reforma del presidente Felipe Calderón que buscaba atraer participación privada a Pemex.
La reforma fue aprobada finalmente y el resultado más tangible fueron los llamados
contratos incentivados, que crearon un esquema en el que empresas privadas pueden lograr asociaciones para exploración y producción de crudo. Ése ha sido el mayor paso para permitir la participación de capital privado en el sector energético.
Sin embargo, analistas consideran limitados estos esquemas para atraer capital privado en proyectos tan costosos y riesgosos como los de aguas profundas.
México aspira a producir 3 millones de barriles por día (b/d), 3.5 millones a 2026, pues ya vamos muy justos, subrayó. Pemex y Shell son copropietarias desde hace años de una refinería en Deer Park, Texas, en la que se procesan hidrocarburos de ambas empresas.
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