jueves, 21 de febrero de 2013


TRASCENDIÓ Trascendió Nacional

:Que de nada valió que Ernesto Cordero llamara a los senadores del PAN de cinco en cinco, antes de la hora de la comida del martes pasado, para tratar de convencerlos de que no se opusieran a que el presidenteEnrique Peña o el secretario de la Defensa pudieran hablar desde la tribuna del Senado este mediodía, en la conmemoración del Centenario del Ejército.
Pudieron más seis senadores panistas que su coordinador, quien tuvo que resignarse a prometerles que antes de tomar una decisión personal lo consultará con ellos.
La advertencia de la bancada es clara: “Antes de ponerse de tapete con los priistas, primero hay que sacar adelante la agenda de Acción Nacional”.
:Que la única piedrita en el zapato durante la gira presidencial por Centroamérica fue la presencia de integrantes del movimiento #YoSoy132 en al menos dos de los actos de Peña Nieto con la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla.
Un grupo de 15 personas protestó en las afueras del Teatro Nacional y una mujer levantó un cartel durante la entrega de las llaves de la ciudad de San José al Presidente; el incidente no pasó a mayores y el mandatario se retiró del lugar sin ser molestado.
:Que Marcelo Ebrard ya se está moviendo para lanzarse en pos de la presidencia del PRD, pero no se ve que la tenga tan fácil.
Los Chuchos no están dispuestos a refrendarle el apoyo que le dieron contra Andrés Manuel López Obrador en la disputa por la candidatura presidencial en 2012, porque no les avisó que se bajaba de la contienda; sin embargo, los aliados de Nueva Izquierda intentarán mediar, porque “en los hechos Ebrard es el único activo con que cuenta el PRD rumbo a las elecciones de 2018”.
:Que en la Cámara de Diputados la fracción del PRI, que lidera Manlio Fabio Beltrones, y la del PAN, encabezada por Luis Alberto Villarreal, pidieron a Silvano Aureoles, coordinador del PRD, “ponga orden” y acabe con el cacicazgo que quiere mantener la ex presidenta de la Mesa Directiva en la pasada legislatura, Mary Telma Guajardo.
Y es que Guajardo tiene incrustados a 40 funcionarios —entre parientes y amigos— en la administración de San Lázaro que han intentado remover, pero que, dicen, la ex diputada defiende “como gato panza arriba” sin que Aureoles meta las manos para contenerla.

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