La Familia y el ejército acusan de corrupción a la SSP de Genaro García Luna

Por Victor Hdez
17 de Julio, 2009 - 00:00
El miércoles 15 de julio, Servando Gómez Martínez "La Tuta", acusó a García Luna de estar coludido con los Zetas y con el cártel de los Beltrán Leyva. Reveló, además, que La Familia no tiene ningún problema con el ejército mexicano ni con Calderón--a quien dicen admirar--sino con la Policía Federal, la cual depende la SSP de García Luna, ya que en vez de capturar a intengrantes de La Familia capturan a sus familiares que nada tienen que ver con el narco.


Al día siguiente, jueves 16 de julio, salieron a la luz las quejas tanto de la SEDENA como de la Marina en contra de la SSP de García Luna. Se quejaron de que los malos operativos de la "guerra contra el narco" se deben a la falta de coordinación y entrenamiento y al hermetismo de la SSP federal respecto a la información que posee.


De hecho, los militares pretenden condicionar su participación con la SSP a la entrega de información que posea esta dependencia para evitar filtraciones o actos de corrupción en el gabinete de seguridad nacional. Demandan también que sean mandos del ejército y de la marina quienes dirijan las acciones contra el narco para evitar la filtraciones de datos a los cárteles y la cooptación de personal.


En otras palabras, las fuerzas armadas ya no confían en lo que está haciendo Genaro García Luna. ¿Por qué sigue en el cargo entonces?


A menos que siga en el cargo precisamente, como dice La Familia, por los supuestos nexos con el crimen organizado. Si es ese el caso, Calderón tiene mucho que explicar.


PD: Luego de que se desbordara la violencia del narco, Felipe Calderón pretende justificar la continuidad de su "guerra" contra el crimen con una escusa de plano cobarde: alegando que hace lo que hace "por los niños." La excusa es trilladísima. La han usado en Estados Unidos para justificar todo tipo de abusos del gobierno federal. En el caso de Calderón la excusa es además inverosímil. Como dijo Yurira Rodríguez, si tanto le interesara el bienestar de los niños, 48 infantes no hubieran muerto por la negligencia de su pariente política, Marcia Gómez del Campo, en la guardería ABC.