jueves, 8 de octubre de 2009

Astillero--Intimidades públicas--Señora Marta, derrotada--Dualidad resolutiva--¡Llámale a Felipe!




Julio Hernández López
En el fragor de la amplia guerra contra el periodismo crítico que se libra en el país, ayer hubo buenas noticias judiciales que, por desgracia, no pudieron ser tan amplias como se hubiera deseado. En una de esas resoluciones pendulares que caracterizan a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (varias decisiones malas, por una buena que entonces es usada como demostración” de que la máxima autoridad judicial es justa e imparcial), su primera sala resolvió que la empresa editora de la revista Proceso no violó el derecho a la intimidad de Marta Sahagún Jiménez al haber publicado información relativa al proceso que en el Vaticano buscó, y obtuvo, la nulidad de su matrimonio religioso con Manuel Bribiesca.

La absolución definitiva de Proceso, en el expediente iniciado en abril de 2005 por la poderosa parte femenina de la autoproclamada pareja presidencial, estableció un referente importante en cuanto al escrutinio y difusión de hechos y acciones de la vida íntima de personajes públicamente expuestos, como fue el caso de los Fox-Sahagún, que además fueron orgullosamente exhibicionistas de los detalles de sus amoríos de poder (y no poder). La señora Marta, según expresó la votación de esos ministros de la Corte, era “un personaje público, que si bien en el momento en que se realizó la publicación que se impugna no ocupaba un cargo público o de elección popular, lo cierto es que por su situación personal e incluso sus actividades políticas contaba con una proyección nacional e internacional”. Sahagún, quien pretendía que se revirtiera una decisión anterior, que eximió a Proceso del pago de una multa por haber publicado el texto a discusión, acabó ayudando (contra su voluntad, claro está) a que fuera judicialmente precisado que en su caso, pero, por extensión, en otros similares, existe “un mayor interés o escrutinio público en sus acciones o conductas, por tanto un interés legítimo de la sociedad de recibir cierta información” relacionada con esas personalidades llamativas.

Derrotada totalmente en el litigio contra la revista fundada y largamente dirigida por Julio Scherer, la esposa de Vicente Fox tuvo, sin embargo, la amarga satisfacción de que por defectos procesales, a juicio de los ministros, se mantuviera en firme la sentencia que había condenado a la periodista argentina Olga Wornat a pagarle indemnización por el presunto daño moral que le habría causado a partir de la publicación del reportaje titulado “Historia de una anulación sospechosa”. Los juzgadores se declararon imposibilitados de atender el fondo del asunto porque, según se explicó, los abogados de la periodista habían caído en una “inactividad procesal”, pues no realizaron ninguna promoción durante más de 300 días, que es el plazo que establece la ley para que se considere que esa inmovilidad revela falta de interés jurídico en el proceso.

La dualidad resolutiva causa, desde luego, inconformidades. A la promoción hecha por la señora Marta contra Proceso se le respondió negativamente, sin mayores discusiones, pero al recurso de amparo presentado por Wornat para desechar la sanción pecuniaria establecida previamente en su contra, por un millón 958 mil pesos, se le declaró procesalmente inviable por caducidad aunque se le redujo hasta quedar en 500 mil pesos. Dos de los cinco ministros que atendieron el caso Wornat (José Ramón Cossío y Olga Sánchez Cordero) consideraron que el criterio de caducidad no podía ser aplicado en razón de que la propia Corte había atraído dicho asunto a partir del interés excepcional que le reconocía. Sin embargo, por votación de tres a dos quedó en firme la resolución contra la autora de las Crónicas malditas, aunque con un castigo económico rebajado.
En una primera reacción, expresada a través de Facebook, la periodista Wornat reaccionó así: “Horrorizada por la kafkiana sentencia del Supremo Tribunal de Justicia. Resulta que no causé daño moral a esa infame mujer, pero debo pagarle 50 mil dólares... (???) Antes, presa... y recuerden que dijo la Martita: que iba a donar este dinero mío a los pobres”. En otro comentario, insistió: “no voy a pagarle un centavo a esa mujer, no sé si se entiende, por lo tanto, no quiero colectas ni ayudas, no se vale” y, respecto a algunas sugerencias de que la revista copartícipe se hiciera cargo del pago, señaló: “sí, salió en sus páginas, pero en todo jugamos juntos y aunque ellos salieron absueltos incomprensiblemente, y yo condenada, la culpa no es de Proceso, es de la justicia mexicana”. También mencionó que ya tiene material “para otro libro (...) ampliado a lo que pasa hoy con otros personajes”.

Astillas

Siempre imaginativos, los activistas mexicanos de Greenpeace han lanzado una campaña de Fonoacción por el maíz, cuya propuesta es “¡Llámale a Felipe!”. La idea es que los interesados llamen al Centro de Atención Telefónica de la Presidencia de la República para dejar un mensaje en demanda de la prohibición de la siembra de maíz transgénico en México. La marcación desde el Distrito Federal ha de hacerse al 55238939, y del interior del país, sin costo, al 018008365480. Según las instrucciones de la organización auténticamente ecologista, “cuando entra la grabadora hay que marcar 2 y de las opciones que brinda la contestadora, elegir 0. Hay atención personal de 9 a 17 horas, y luego de ese horario responderá una grabación, en la que también es posible dejar el mensaje”. Se pide que, “de una manera muy respetuosa y muy firme”, se le exija a Calderón “una moratoria urgente a la siembra del maíz transgénico” que ya preparan trasnacionales como Monsanto y Pionner con granos patentados que “contaminarán los convencionales y pondrán en riesgo nuestra seguridad alimentaria”... Y, mientras se tejen nuevas alianzas electorales entre Convergencia, el PT y el PRD, tanto para comicios estatales como con rumbo a 2012, que son anunciadas por Chucho Ortega, ¡hasta mañana, mientras sigue el circo de la CNDH, ahora con Javier Moctezuma Barragán como presunto candidato arreglado!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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