05 de Octubre, 2009 - 00:00
La verdadera intención del programa Oportunidades, desafortunadamente, no es aliviar la situación económica de miles de mexicanos que aparecen en sus listas, porque la ayuda es tan pírrica que apenas puede servirle a la gente para resolver su situación, apremiante, uno o dos días de los tres meses que tienen que esperar para recibir el recurso. Y no sólo eso, ahora en Oaxaca la entrega de la ayuda está condicionada a que la gente que la recibe no se presente en los mítines del Presidente Legítimo. Mañosamente los citan en el mismo lugar donde se programan las reuniones informativas con Andrés Manuel, para retirarse con el dinero en cuanto lo ven aparecer.
Desde el sexenio pasado, Fox hizo lo mismo al condicionar el apoyo siempre y cuando se afiliaran al PAN y se comprometieran a votar por candidatos de ese partido, según ellos, para que el programa siguiera adelante.
La mamá de una alumna de mi mamá le contó que las pláticas que realizaban antes de entregar la ayuda de Oportunidades era para hablarles del peligro que representaba votar por López Obrador en el 2006, aún con las advertencias ella votó por su Peje y no le retiraron la ayuda porque fue a decir que votó por Calderón.
Es terrible el uso que Josefina Vázquez Mota hizo con los programas sociales y que hasta la fecha siguen haciendo los panistas corruptos.
Sin embargo, hay un mensaje no verbal que la gente percibe a pesar de no tener la información suficiente para saber quién la engaña y quien le habla con la verdad. Ese lenguaje es el que captan de Andrés Manuel, el lenguaje de los gestos, de las miradas, de los abrazos afectivos, de las sonrisas sinceras y de la mirada limpia.
Estoy segura que la mayoría de la gente que asiste a los mítines está desinformada de los tejes y manejes de la política nacional, pero saben que las cosas no van bien porque no hay trabajos, escuelas, servicios de salud, ayuda al campo ni futuro para sus hijos, porque ven a muchos soldados rondando sus comunidades, así que cuando el Presidente Legítimo denuncia los abusos de los corruptos y propone alternativas, la gente no puede más que creer en su palabra porque su palabra refleja lo que ellos viven diariamente, y, no sólo eso, el hecho de que no vaya resguardado con policías y vallas de seguridad les inspira confianza, porque saben muy bien que el que nada debe nada teme.
Las giras nos dejan agotados físicamente, decepcionados por la situación de pobreza en la que viven millones de mexicanos, pero al mismo tiempo nos cargan de energía para seguir andando, y llenan nuestros ojos con cañadas, ríos, montañas, cielos limpios, y miradas que reflejan esperanza.
Por eso seguimos tranquilos, a pesar de los accidentes que han sufrido las camionetas de la caravana ocasionadas por el estado en el que se encuentran los caminos.
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