Que renuncie Rodrigo Medina, #Renuncia Medina...Federico Arreola

Nuevo León ha tenido gobernadores tontos, listos, chaparros, altos, flacos, gordos, simpáticos, antipáticos, rateros, más rateros, no tan rateros (honestos no nos ha tocado todavía ninguno y, diría don Teofilito, ni nos tocará). Pero nunca habíamos conocido un gobernador tan absolutamente bueno para nada como el joven Rodrigo Medina, invento de Televisa, imitador barato de Enrique peña Nieto, orgullo del PRI, Frankenstein de otro pésimo gobernante, José Natividad González Parás.


Medina gasta el dinero púbico en cualquier idiotez, sobre todo si él cree que le mejorará su imagen, como los carísimos infomerciales que ordena transmitir en la TV. Entonces, no le sobra para comprar agua embotellada para los damnificados por las inundaciones. Eso solo por mencionar un ejemplo de mal gobierno. Porque el colmo se da en materia de seguridad, ya que los municipios del área metropolitana de Monterrey son, hoy en día, verdaderos campos de batalla que tienen aterrorizada a la población.


Arrogante, incompetente, frívolo, dejado, ausente, miedoso, Rodrigo Medina en muy poco tiempo ha acabado con la estabilidad de Nuevo León. Lo saben los empresarios, los curas, las amas de casa, los deportistas, los trabajadores, los panistas, los perredistas, los priistas, los ateos, los místicos, los artistas, los plomeros, los cantantes, los que le van a los Tigres, los que prefieren a los Rayados...


Tal vez los únicos que en la Sultana del Norte no se han dado cuenta de la total incompetencia de Rodrigo Medina son los medios vendidos y comprados en los que la gente, de plano, cada día cree menos. La excepción es el diario El Norte, de Alejandro Junco de la Vega, que es el único que denuncia tanto los numerosos abusos como las todavía más frecuentes metidas de pata de ese gobernador que ya debe irse.


Propongo una campaña ciudadana para echar a Rodrigo Medina del gobierno. Exijamos su renuncia o su destitución. Ya, que se vaya. Por el bien de Nuevo León. Nada más que por el bien de mi tierra que hoy pasa por una de las peores crisis de su historia.