domingo, 28 de noviembre de 2010

Editorial EL UNIVERSAL Una reflexión en beneficio del lector

El hecho de que la liberación del Jefe Diego, anunciada por este diario en la edición de ayer, haya sido negada de manera extraoficial, hace necesaria una reflexión en beneficio del lector. Primero sobre la procedencia de la información que originó la nota. La fuente es un sobrino de Diego Fernández de Cevallos, un empresario connotado, quien ha estado en contacto con EL UNIVERSAL desde hace meses. En reiteradas ocasiones actualizó a este diario sobre el estado de las negociaciones e incluso hacía las veces de puente entre esta institución y la familia del panista.
Su llamada, pasada la medianoche del viernes y su tono categórico y efusivo, fue asumida razonablemente como un aviso de la familia, aun cuando a esa hora las autoridades no podían confirmar o reiterar el hecho. Acreditada la fuente, sólo podemos especular sobre los motivos de la contradicción de versiones entre distintos círculos familiares. Uno: en efecto el Jefe Diego fue liberado, pero por razones de negociación no puede anunciarse hasta determinada fecha. Dos: el sobrino se equivocó de buena fe, a partir de datos y señales que le convencieron, erróneamente, de un desenlace afortunado. Tres: las versiones encontradas reflejan distintos niveles de involucramiento y/o fricciones entre varios círculos familiares. Cuatro: el Jefe Diego sigue secuestrado, pero una parte de la familia cree que anunciar su liberación ejercerá algún tipo de presión a su favor.
Al cierre de la edición el sobrino insiste en su versión, dos hermanas de Diego consultadas en Querétaro preferían abstenerse de confirmar o negar el hecho. Por su parte José Cárdenas y Milenio han reportado que el círculo más estrecho de Fernández de Cevallos ha negado tal liberación. La Jornada publica en su edición del sábado versiones de seguridad nacional de que el panista estaría en libertad pero en malas condiciones. En las últimas semanas circularon versiones en el sentido de que el ex candidato presidencial estaría en un hospital militar o en el extranjero, atendido por especialistas; EL UNIVERSAL no publicó ninguna de estas especies por no contar con el aval de algún familiar, como sí lo tuvo el viernes. Hasta el momento la familia no ha expresado de manera pública y formal su posición al respecto. Tampoco hay un comunicado oficial de alguna autoridad. La pregunta sigue en el aire: ¿Dónde está Diego?

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