Por la situación en la que se encuentra el país parecería que el presidente pelele ya cumplió los compromisos que se echó encima con los que lo apoyaron para usurpar el poder.
Ejemplos sobran. Sin embrago, faltaba la factura más cara: desmantelar lo que queda de la infraestructura productiva del Estado mediante la privatización del petróleo. Mientras los medios de comunicación atiborran a la gente con programas chatarra, con más asesinatos derivados de la guerra contra el narco, con conflictos de los partidos políticos y de encuestas optimistas del rendimiento de la actual administración, que sólo Dios sabe a quién le aplican, el Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos, obviamente impulsado por Calderón y apoyado por el "honorable" Congreso, retomó formalmente los CONTRATOS DE RIESGO y dio luz verde a la participación del capital privado nacional y extranjero en la exploración y producción de crudo mexicano. Se trata, nada más y nada menos, de la entrega a particulares de las reservas probadas de campos maduros en el país, que representan casi el 30 POR CIENTO DE LAS RESERVAS TOTALES.
La justificación es que no alcanza el dinero y por lo tanto hay que dejar que intervengan en áreas estratégicas las hermanas de la caridad, para que su ayuda humanitaria sirva para atender las urgencias sociales.
Sí Chucha cómo no.
Lo que menos le importa al gobierno espurio, como no les importó a los priístas en su momento, es atender las urgencias sociales. Aquí se trata de pagar facturas y acomodar el discurso para seguir engañando a la gente, mientras en lo oscurito desmantelan lo que queda de país. Violando la Constitución, que señala que la exploración y explotación del petróleo son actividades reservadas al Estado, PEMEX iniciará la primera licitación en febrero del próximo año, siempre y cuando los mexicanos nos dediquemos a festejar la navidad en vez de organizarnos para impedir el atraco.
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