Los mexicanos que deseamos un cambio real en el país no debemos dudar en que ese cambio va a llegar más temprano que tarde. Es cierto que los medios de comunicación afiliados a la derecha priísta y panista hacen una GRAN labor para desanimar a la gente, no sólo para que deje de votar porque todos los políticos son iguales, según ellos, sino a participar en el Movimiento Nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Para ello no dejan de propagar mentiras: que si Andrés Manuel divide a la izquierda, que si obtiene puntos negativos en las encuestas que ellos realizan, que es autoritario y obstinado, en fin, para que le sigo si a diario escuchamos estas descalificaciones en la tele.
Lo cierto es que el Movimiento por la Transformación del País ha crecido mucho en los últimos meses, y eso lo sabe la derecha.En nuestra historia "democrática" no ha existido jamás tanta gente movilizada y mucho menos tanta claridad en los objetivos que perseguimos, porque son auténticos y tienen que ver con la defensa de la soberanía nacional, la justicia, los derechos humanos y algo muy especial, la dignidad de los seres humanos.
En México ha habido muchas luchas heroicas y de ellas debemos aprender lo importante: se lucha por el bien de las mayorías, no por los beneficios de un sector de la población. En este Movimiento no hay pactos con los traidores a la patria, tampoco con los que sólo buscan cargos públicos para enriquecerse aunque eso signifique la entrega de los recursos que pertenecen al pueblo, y mucho menos con los que quieren mantenerse impunes cuando han cometido terribles violaciones a la Constitución o han ordenado la ejecución de políticos, líderes, periodistas y luchadores sociales. Justo por eso califican a Andrés Manuel de obstinado y terco, porque no cede ante arreglos en lo oscurito ni pacta a espaldas del pueblo que cree en él.
También lo descalifican porque no ha aceptado dádivas del botín en el que han convertido al poder los malos políticos y gobernantes abusivos. Su pecado es seguir fiel a los principios por los que entregaron su vida los hombres y las mujeres que nos dieron patria. No dudemos ni un solo instante en la integridad de nuestro líder. Andrés Manuel es un estadista y sus estrategias, a veces, no son fáciles de entender en lo inmediato, sólo al pasar el tiempo nos damos cuenta de los efectos positivos. Como ocurrió en Iztapalapa, por ejemplo, cuando los medios se le fueron encima con el asunto de Juanito. Finalmente se consiguió revertir la imposición de una candidata que no era la elegida de las mayorías. Así tienen que funcionar las cosas cuando desde el poder se quiere manipular al pueblo.
Hay que recorrer caminos inusuales pero que a la larga resulten efectivos. Ahora el tema del ataque es su negativa a las alianzas, y yo pregunto, ¿hay que unirse al alacrán para acabar con la serpiente?PRI y PAN son los que llevan en sus entrañas el veneno. Lo que se debe buscar es la manera de no salir atacado por ellos, no de sacar a uno para dejar al otro. El resultado de los gobiernos priístas y panistas está a la vista: un país destruido en lo económico y un pueblo pobre con gobiernos ricos, ninguno es mejor o peor que otro. Son lo mismo y no queremos más de lo mismo. Queremos candidatos y gobernantes que cumplan con un Proyecto que beneficie a todos, no que prometan lo que no cumplen en su afán de despojar al pueblo de lo indispensable para vivir, mientras ellos se enriquecen. Dime con quién andas y te diré quién eres. ¿No es cierto? Eso son finalmente las alianzas entre el PAN y un sector del PRD para sacar al PRI.
Lo que se necesita es sacar a ambos y en eso seguimos trabajando todos los días dentro del Movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador. No dudemos ni perdamos la fe. Si nos mantenemos firmes y unidos lo vamos a lograr porque el pueblo ha tomado conciencia y puede identificar al verdadero enemigo.
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