jueves, 2 de diciembre de 2010

México SA-- Calderón: segunda tanda al hilo-- Logros con estadística a modo-- ABC: ¿trátese de quien se trate?-- Carlos Fernández-Vega

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La segunda tanda al hilo de cuentacuentos confirma que, suceda lo que suceda, a Felipe Calderón nadie le quita lo contento. Total, a la usanza foxista las cifras se acomodan a conveniencia, al igual que los periodos comparativos, porque lo importante es demostrar que sus logros, aunque virtuales, no sólo existen sino que se incrementan a la par que los discursos. A millones de mexicanos el panorama se le complica cada día más, pero el inquilino de Los Pinos ni se fija ni se acongoja, o lo que es lo mismo, ni los veo ni los oigo.

La primera fue el pasado domingo, durante su encuentro ciudadano; la segunda, ayer a lo largo de sus diálogos. En ambas tandas el mañoso manejo de indicadores sólo fue superado por la innegable felicidad que le provoca sentirse rodeado de público a modo. Por ejemplo, celebró que la mexicana es una economía altamente exitosa, porque ocupa el escalón número 14 en el contexto internacional. Qué bueno, pero olvidó mencionar e incluir en sus gráficas un pequeño detalle: cuando su partido llegó a la residencia oficial, en diciembre de 2000, esa misma economía ocupaba el peldaño número 9, lo que no quiere decir otra cosa que con él y su amigo Vicente el poderoso navío de gran calado se hundió cinco escalones.

También presumió que de enero a la fecha en el IMSS se han registrado 962 mil empleos formales, de tal suerte que, dijo, es la cifra más alta en la historia, manteniendo la tasa de desempleo en niveles bajos. Si se hace caso a la forma en la que el inquilino de Los Pinos celebró tal número de plazas laborales, todos pensarían que el sexenio calderonista inició en enero de 2010, y no en diciembre de 2006. Pero no es así: oficialmente dio comienzo 48 meses atrás. Entonces, otro olvido del susodicho, un elemento adicional que quedó fuera de graciosas estadísticas: en su cuatro años de estancia en la residencia oficial, el IMSS ha reconocido alrededor de 987 mil empleos formales, es decir, casi 247 mil por año, cuando la demanda real es de uno a 1.2 millones de puestos cada 12 meses.

Calderón es feliz y grita ¡cumplí! por 962 mil empleos formales de enero a la fecha (no dijo cuántos de ellos son eventuales, aunque la proporción debe andar por allí de 45 por ciento del total), pero en sus cuatro años ese número apenas llega a 987 mil. En el mismo cuatrienio la demanda real de plazas laborales en el sector formal de la economía ha sido de entre cuatro y 4.8 millones, de tal suerte que con estos elementos a la mano queda claro que en el calderonato sólo dos de cada 10 mexicanos han logrado colarse al mercado laboral de esa poderosa economía que hoy ocupa el escalón número 14, cuando diez años atrás se ubicó en el peldaño número nueve.

Muchas fueron las estadísticas a modo, pero más la frases célebres pronunciadas ayer en la segunda tanda. Poco espacio para citar todas, pero sobresale aquella de se ha manteniendo la tasa de desempleo en niveles bajos. Valga el recordatorio: cuando llegó, el primero de diciembre de 2006, la tasa oficial de desempleo abierto (Inegi) era de 3.58 por ciento; al cierre de octubre de 2010 se había incrementado a 5.7 por ciento, es decir, un aumento cercano a 60 por ciento en el periodo.

Pero ¿cuál es la situación real en materia de empleo en el país? Lo documenta el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM, en su análisis Empleo y desempleo durante el desgobierno de Felipe Calderón 2006-2010, en el que subraya: podemos afirmar que para junio de 2010 el total de la población desempleada en México sumó 8 millones 83 mil 471 personas (3.2 tantos más que la cifra oficial). Y que la tasa real de desempleo es de 15.3 por ciento y no de 5.3 por ciento que marca la tasa de desocupación oficial.

El CAM parte del reconocimiento de que en México la medición del desempleo no corresponde a los parámetros de la Organización Internacional del Trabajo, “lo que le permite al Inegi encubrir alrededor de 5.5 millones de personas ‘disponibles’ que no reporta como desempleadas, junto a los 2.7 millones que sí reconoce como desocupados”, y explica que el mismo Instituto reconoce que la tasa de desocupación no mide el desempleo.

Si en mayo pasado el gobierno federal calificaba como el mayor logro en 17 años la recuperación, hasta ese momento, de 382 mil plazas de entre 701 mil perdidas, “¿cómo habría de calificarse que en lo que va del sexenio, tan sólo en el subsector informal de los hogares, el empleo se haya incrementado en un millón 444 mil 329 personas, lo que representa un aumento del 11.24 por ciento? Además, respecto a la población ocupada, el total de trabajadores informales representaba el 54.1 por ciento a finales de 2006, en comparación con el 55.04 por ciento que representa en este año. Entonces, se pregunta el CAM, ¿cómo es posible que México, con una raquítica tasa promedio de crecimiento, tenga menor desempleo que la mayoría de los países de la OCDE?.

Por lo anterior, pregunta: ¿por qué mientras en México para 2009 la tasa de desempleo, según el gobierno federal fue de 5.4 por ciento, en Estados Unidos fue del doble? Existe una contradicción entre la caída del PIB (-6.5 por ciento en 2009) de la economía mexicana y el alza (0.9 por ciento) de la estadunidense. Este mismo comportamiento es prácticamente igual en casi todos los países de la OCDE; es decir, en todos creció el desempleo. La realidad muestra que el comportamiento del desempleo existe independientemente de la estadística y de su manipulación.

Para redondear, el CAM subraya que la mayor tasa de desempleo se registra en el norte de la República (por ejemplo, en Chihuahua afecta al 20.3 por ciento de la PEA; en Sonora, 19.9; en Coahuila, 18.4, y en Baja California, 13.6, de acuerdo con los parámetros de la OIT), justo en la zona geográfica en la que la estrategia contra el crimen organizado ha sido exitosa, según el siempre feliz Felipe Calderón.

Las rebanadas del pastel

Que caiga quien caiga, prometió el inquilino de Los Pinos; que trátese de quien se trate, porque la relación familiar nunca debe estar por encima de la ley, aseguró Margarita Zavala; pero, al final de cuentas, que siempre no: 18 meses después de la muerte de 49 niños en la guardería ABC de Hermosillo, un tribunal federal absolvió a Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, una de las dueñas de la guardería ABC y prima de la esposa de Felipe Calderón. Qué vergüenza.

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