Algunas postales sobre el absurdo y el fracaso en que derivó el fallido arresto de Jorge Hank Rhon por parte del ex candidato presidencial panista Felipe Calderón:
Que lamentable es ver los grupos de entusiastas “espontáneos” tijuanenses manifestarse a favor de la liberación de Don Jorge Hank Rhon, el mismo cuyo guardaespaldas asesinó al periodista Héctor “Gato” Félix Miranda y que es señalado como implicado en el asesinato de una edecán en 2009, que fue pareja sentimental de su hijo Sergio Hank.
Me pregunto: ¿los bajacalifornianos padecen de síndrome de Estocolmo con el caudillo del hipódromo, o simplemente ejercen su derecho a vivir de las migajas del Grupo Caliente?
En su momento, algunos estadounidenses festejaron la exoneración de un tipo como O.J. Simpson en el juicio que se le llevó por el asesinato de su esposa. Ahora, otros festejan la liberación de Jorge Hank Rhon en Tijuana tras haber sido acusado de acopio de armas y de un feminicidio. A ambos grupúsculos los separa una nacionalidad pero los une un rasgo en común: la liberación de sus cuestionables ídolos los beneficia en poco, muy probablemente, en nada.
El primer gran logro (involuntario) del gobierno de Felipe Calderón: convertir a un auténtico cadáver político, derrotado en 2007, que se encontraba debajo de Fernando Castro Trenti en la carrera por la candidatura a la gubernatura de Baja California en el aspirante más “caliente” del momento, y lo que es más, transformar a la “leyenda negra” en Hank, el Bueno, un mártir absuelto de toda culpa.
El primer gran desacierto de Felipe Calderón al autorizar la captura de Jorge Hank Rhon: arrestarlo en base a una llamada anónima. El segundo: permitirle el regreso a Baja California, su base de operaciones, su fortaleza, su plaza.
Hank, sonriente, al salir del Hotel San Luis, recién recuperada su libertad (¿a alguien le quedaba duda que la alcanzaría en el momento en que pisó el suelo bajacaliforniano?) haciendo la “hankyseñal”… por si quedaban dudas sobre sus renovadas aspiraciones a la gubernatura de su estado, Baja California.
A fin de cuentas, el principal logro de “Los Cuatro Fantásticos” (de la estupidez) Felipe Calderón, José Guadalupe Osuna Millán, Marisela Morales y José Francisco Blake Mora fue el de convertir a Jorge Hank Rhon, el criminal, en SuperHank, el inmortal. Felicidades a todos ellos.
A José Francisco Blake Mora le queda muy grande el saco de la Secretaría de Gobernación. Incuso más que a un gachupín imberbe como lo fue Camilo Mouriño. Debe renunciar
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