Que la guerra sucia en las campañas presidenciales viene en serio y, claro, el primer objetivo es Enrique Peña Nieto.
Se trata de un libro de Alberto Tavira, quien ha encontrado “su nicho” en las historias personales de los políticos, y tentativamente se titulará Las infidelidades de Enrique Peña Nieto, donde presuntamente se compilan entrevistas con 20 o 25 mujeres que supuestamente tuvieron relación con el priista.
¿De dónde vendrá el misil?
Que Gustavo Madero y José Espina, presidente y jefe de la Comisión Nacional de Elecciones del PAN, no tienen claridad sobre cuándo serán los debates entre los precandidatos panistas.
Difícilmente habrá debate esta semana entre Vázquez Mota, Creel y Cordero.
Que, hablando de debates, “a morir” serán los ataques que lancen mañana Martí Batres y Gerardo Fernández Noroña contra del ex procurador Miguel Mancera.
También al ex jefe de la policía capitalina Joel Ortega le tienen preparado un circo con padres de los jóvenes muertos en el New’s Divine en 2008. Tersa no está la disputa por la candidatura al GDF.
En el río revuelto los beneficiados serían Alejandra Barrales y Carlos Navarrete.
Que, con mezquindad, algunas ONG quitan mérito al informe del ombudsman Raúl Plascencia sobre el caso Ayotzinapa.
Dicen que el informe “es débil”, porque usa como pruebas videos y fotos de un lugar de los hechos alterado por los policías.
Al parecer no entendieron que fueron la alteración de la escena del crimen y el intento de fabricar culpables bajo tortura, las bases para que la CNDH asegure que hay elementos para encarcelar ¡a todos los 165 policías locales y federales que participaron en el desalojo!
Que luego de obtener un amparo del Poder Judicial de la Federación, que lo exime del supuesto delito de homicidio doloso, el ex gobernador de Chiapas Pablo Salazar Mendiguchía la emprendió contra el gobernador Juan Sabines.
Dijo: “La corrupta administración sabinista, ante la impotencia de no poder coaccionar a la justicia federal de la manera en la que lo hace con la justicia local, ha emprendido una burda campaña de linchamiento en los medios locales contra el juez federal que otorgó el amparo”.
Y remató: “Con ello Sabines muestra una vez más su debilidad por la simulación, al evidenciar que es él quien ha estado detrás de los anónimos, y que es él quien dirige la vendetta política en mi contra”. ¡Duro!
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