jueves, 1 de noviembre de 2012



Segundo aniversario luctuoso de Néstor Raúl Kirchner

POLIMNIA ROMANA@polimniaromanamar 30 de octubre de 2012

Siendo la Ciudad de México la gran capital del país, gobernada desde hace quince años por las fuerzas progresistas, no podíamos obviar esta fecha. Para quienes aspiramos a servir a la gente, el ejercicio enaltecedor de la política que hizo Néstor Raúl Kirchner es un referente respecto a lo que implica escuchar a la población y actuar en consecuencia. Personaje, figura e inspiración cuando de pensar el papel del Estado se trata.
Son los gobiernos, y todos los que participan en él, quienes sin fines de lucro pueden construir las condiciones necesarias para disminuir las desigualdades, propiciar relaciones más justas, disponer las herramientas para que los seres humanos avancen y se empoderen económica, política y socialmente.
Producto de visiones liberales, todas ellas concebidas hace más de tres siglos, una buena cantidad de sociedades occidentales, la mexicana entre ellas, han transitado hacia el individualismo, el aislamiento y la continuidad de gobiernos que desafortunadamente han administrado la pobreza durante más de 30 años. Parten del falso supuesto de que todos los seres humanos poseemos las mismas capacidades y que la toma de decisiones racionales son producto únicamente de agentes endógenos. Lo que quiero decir es que el Estado ha abandonado su papel de formar sujetos, de encaminarlos en la colectividad y de enseñarles a pensar en comunidad.
Fue ante esas concepciones erróneas de lo que significa vivir en sociedad que Néstor Raúl Kirchner dio una batalla, una gran cruzada para transformar la realidad y devolver al pueblo que él representó la posibilidad de creer en sí mismo y en las instituciones.
No debemos quedarnos en el simple reconocimiento del legado de Néstor Kirchner, y mucho menos pensar en ese legado como algo que únicamente interese a  nuestra querida Argentina. Su trabajo debe contagiar nuestra labor diaria para orientar a la izquierda en pos de su principal objetivo:hacer iguales a los desiguales.
La expresión “ser de izquierda” se ha ido diluyendo. Hoy, producto de la mercantilización de la política, pareciera que asistimos a concursos de popularidad donde los electores eligen representantes de un menú dado, decidido por unos cuantos. Sin embargo, no es condición suficiente gozar de popularidad y consenso – los cuales pueden ser perfectamente inducidos por la comunicación política— para gobernar.
A pesar de su inmensa capacidad de formar opinión pública y colocar en el centro del debate nacional los temas que mejor les place, los medios masivos de comunicación y sus voceros jamás serán la vía para que los ciudadanos puedan contar con políticos dispuestos a establecer nuevas alianzas con las personas y los movimientos sociales en el marco de una verdadera democracia, entendida ésta como el poder de la gente.
El término “ser de izquierda” radica también en implementar y llevar a cabo irrestrictamente la democracia de escucha; el que escucha jamás se equivoca. En ese sentido, Néstor Kirchner guardó una enorme similitud con quien, desde mi punto de vista, fue el mejor presidente que esta nación ha tenido, hablo del General Lázaro Cárdenas.
Nuestro General pasaba horas enteras en las plazas públicas, con la gente, escuchando antes de tomar decisiones, antes de hablar. Me parece que ahora todos los políticos de izquierda debemos aprender a escuchar para identificar a los demás en sus diferencias específicas, para poder reconocerles su derecho y capacidad de ser interlocutores en los proyectos que sean comunes.
No recordemos nuevamente a Néstor Kirchner hasta el 2013, mantengamos vivo su pensamiento y convicción. Como clase privilegiada, es necesario remarcar que dadas las circunstancias actuales somos oligarcas, resulta ineludible buscar construir verdaderos contrapesos que le permitan a la gente mejorar constantemente sus condiciones de vida, toda vez que el modelo económico actual ha fracasado. Nos corresponde emprender procesos en los que la ciudadanía se pueda empoderar, capacitándose para ser autónoma; de lo contrario la historia nos tendrá por culpables. Andar pues un nuevo camino nacional prolongado y permanente para la transformación socioeconómica de nuestra realidad, tal como lo hiciera Néstor Raúl Kirchner, contundente evidencia de que el ejercicio de gobierno brinda a un pueblo la posibilidad de vivir con dignidad.

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