Por Benjamin Castro
Conocí a Mario Di Costanzo en el 2007, durante un seminario que me toco organizar para la Universidad Autónoma Metropolitana.
En esa ocasión, durante un desayuno organizado para los ponentes de una de las sesiones; nos sorprendió mucho, a mi y al Dr. Arturo Huerta, el escuchar a Mario hablar acerca del ITAM, la universidad privada donde el estudio economía. Mario, conversando con otro de los ponentes, un ex gobernador de Nuevo León; profirió grandes elogios para figuras como Francisco Gil Díaz o Agustín Carstens, todos ellos alumnos y después maestros del ITAM. Obviamente, si alguien considera a Gil Díaz o Carstens como “los mejores maestros” de finanzas o de economía en general; eso quiere decir, necesariamente, que se cree en las ideas que estos profesan y enseñan, es decir, en el monetarismo. Mario Di Costanzo fue y sigue siendo un creyente de los dogmas del monetarismo , lo que popularmente se llama “neo liberalismo”. Sin dejar de creer en esas ideas abrazo la causa de Andrés Manuel López Obrador, por un ángulo o “rendija” de esta causa que es coherente con sus ideas monetarista y la cual es precisamente la idea de “aplicar austeridad al gobierno”. Mario Di Costanzo es el personaje que probablemente mas influyo a López Obrador para que este propusiera reducir los salarios de “la alta burocracia” del gobierno y de ahí obtener unos 200 mil millones de pesos al año para financiar proyectos de desarrollo. La idea de que México es una nación con un gobierno corrupto por definición y que esta corrupción es la causa de todos sus males, es una idea típica de los monetaristas del ITAM, la escuela creada por la familia Rockfeller en México a través de Raúl y Alberto Baillares, para promover la ideología liberal anti estado. Según esta visión el “factor” más importante de la problemática de un país como México es la corrupción y la ineficiencia del gobierno. Si la deuda usurera estrangula al país, o si el FMI impone políticas que estrangulan también el crecimiento económico y des industrializan al país, esos otros “factores” vienen siendo menores o no se les considera importantes.
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