El banderazo de salida del nuevo ciclo escolar estuvo opacado con la presencia de tres personajes nefastos, con su concepto de EDUCACIÓN y con su miopía. Casi agarraditos de la mano, el pelele, Elba Esther y Lujambio mostraron la pequeñez de su estatura frente a uno de los grandes problemas que enfrenta el país: el abandono de la educación.
La ignorancia de los tres no da para más. Eso es claro, y también es claro hacia dónde camina su ambición.
Werner Jaer escribió: "La educación es la expresión de una voluntad altísima mediante la cual cada grupo humano esculpe su destino".
Y Miguel León Portilla dijo: "Tal vez no exista modo mejor de conocer los ideales de una cultura que descubriendo el concepto alcanzado en ella acerca de la educación".
¿Qué entienden Calderón, Elba Esther y Lujambio de cultura, de educación y de futuro?... NADA.
Los que han ostentado la titularidad de la Secretaría de Educación Pública en los últimos años no han leído a estos autores, mucho menos la mapache electoral que lejos de beneficiar a los maestros se ha dedicado a degradarlos.
Vergüenza les debería de dar tomar un micrófono y profanar discursos huecos que sólo revelan su ignorancia y su falta de sentido común.
Afortunadamente existe la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, opuesta al Sindicato que encabeza la Gordillo, que lleva más de 30 años luchando por la dignificación de los maestros y su noble labor dentro de las aulas. Afortunadamente existen también intelectuales y profesionistas de la educación que rescatan con su visión y su trabajo diario a la escuela pública.
Involucrar a los padres mediante consejos escolares, regular las tienditas de productos chatarra, fomentar la lectura, las matemáticas y las ciencias es lo urgente para ellos. No hablaron en ningún momento de la comprensión de los niños, de la falta de cobertura del servicio, del rescate de nuestros valores culturales, del acercamiento al arte, de la aceptación del "otro", de la superación profesional y mucho menos del tipo de ciudadanos que la escuela debe formar.
Lo que les interesa, a corto plazo, es el adiestramiento para incorporar a nuestros jóvenes al mundo laboral, la eliminación de prestaciones a los maestros y la incorporación de la iniciativa privada en una tarea que constitucionalmente corresponde al Estado.
Lo de la regulación de las tienditas está todavía por verse, por lo pronto iniciaron las clases con las mismas mercancías en las cooperativas escolares.
¿Cómo van a golpear a Sabritas, Pepsi, Coca Cola, Bimbo, Marinela y demás empresas que se mocharon para llevar a cabo el fraude electoral de 2006?
El discurso es que los padres hagan la tarea de "recomendar" a sus hijos alimentos nutritivos, y que los niños por sí solos descarten frituras, galletas, pastelitos y refrescos a la hora del recreo.
Si eso sucediera, si los niños dejaran de comprar esas porquerías, seguramente empresas y autoridades realizarían campañas televisivas para que los niños no abandonaran del todo los productos chatarra.
Otros productos chatarra que tendrán nuestros niños en las escuelas son los nuevos libros "gratuitos". Plagados de faltas de ortografía y redacción, de contenidos que no se apegan a la historia, y de ejercicios de mecanización que impiden la reflexión lógica. Dinero echado a la basura, o más bien al bolsillo de los premiados con la edición.
Aún así, con el autoritarismo que se ejerce sobre los maestros, con el mísero salario, con la falta de recursos para mejorar las escuelas, con los subejercicios y la violación de los derechos laborales del magisterio, los maestros llevarán a cabo su labor este ciclo escolar, y los niños, a pesar de los pesares y de las descalificaciones oficiales por su desempeño en la prueba ENLACE, tendrán la oportunidad de convivir con sus compañeros, de recrear su realidad mediante el trato amable y cariñoso de sus maestras y maestros; aprenderán lo que no está contemplado en los libros oficiales pero que les llegará por la iniciativa y la creatividad de quienes dentro de las aulas, y sin apoyo del gobierno, siguen ejerciendo una noble labor.
La escuela pública seguirá viva mientras existan maestros de corazón que eviten su desaparición.
Habría que enviarles a estas "autoridades" nefastas y corruptas el discurso que pronunció Elenita Poniatowska el 25 de julio pasado en el Zócalo de la ciudad de México, para que aprendan el concepto de Educación y conozcan la aspiración de un pueblo que no ha sucumbido ante la imposición de la derecha prianista.
No crean que lo que sé sobre el tema lo aprendí en una escuela normal, lo sé porque vengo de una familia de maestras comprometidas con los niños y con el futuro de México; dos abuelas, mi madre y muchas tías que me formaron con el mismo cariño con el que formaron a sus alumnos, y eso es lo que salva.
¡Viva la educación pública, gratuita, laica y obligatoria!
¡Fuera de la SEP los traidores a la patria!
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