lunes, 30 de agosto de 2010

Zambrano y los cobardes que se van--- Federico Arreola

"Quien se va de Monterrey es un cobarde. Hay que luchar por lo que creemos. Tenemos que retomar nuestra gran ciudad!", escribió en twitter Lorenzo Zambrano, presidente de Cemex y del Tecnológico de Monterrey.

Dijo también en esa red social: "Regio, si a la primera dificultad huyes, no te necesitamos".

Lorenzo envió un tercer mensaje por twitter: "Si huyes a Texas, te das cuenta que serás discriminado y que tus hijos estarán en un ambiente extraño para ellos?".

Y un cuarto: "Qué vergüenza que los que más han recibido de Monterrey son los primeros que huyen al extranjero. Allá no eres bienvenido, ya (te) darás cuenta".


Cuando leí esos comentarios del señor Zambrano, dije en twitter que, desde luego, estoy de acuerdo con él.


Luego añadí, dirigiéndome al presidente de Cemex, que Monterrey y todo México se pacificarán si y solo si logramos consolidar un cambio político profundo.


Sigo sin entender por qué empresarios tan inteligentes como Lorenzo Zambrano (o Carlos Slim, Alberto Bailleres, José Antonio Fernández, Emilio Azcárraga Jean,Ricardo Salinas Pliego, etcétera) no han advertido lo obvio: que el actual sistema político mexicano, poco democrático porque se basa en el fraude electoral de 2006, no funciona. Por lo mismo, no es capaz de ofrecer ni prosperidad ni seguridad a los ciudadanos, algunos de los cuales, particularmente los que más tienen, acobardados huyen en la actualidad a cualquier lugar del extranjero.


Invito a esos empresarios, y a todos los otros mexicanos, a reflexionar acerca del gran daño que el fraude electoral de 2006 le hizo a México. Al mismo tiempo les suplico que pongan de su parte para que no se repita en 2012. Porque, lo quieran o no, en las próximas presidenciales otra vez Andrés Manuel López Obrador tendrá grandes posibilidades de ganar.


Ojalá los empresarios ya no permitan ni mucho menos financien la guerra sucia contra el tabasqueño que es, sí, un hombre de izquierda, pero solo eso; es decir, AMLO nada tiene que ver ni con Hugo Chávez ni con Fidel Castro, sino que solamente es una persona interesada en alcanzar un poco de justicia para los mexicanos que menos tienen, un político demócrata que no expropiará a nadie, que no buscará ningún tipo de socialismo, que solo exigirá condiciones de competencia económica que hoy por hoy no existen en nuestra sociedad dominada por oligopolios que, de plano, ya no deben existir.

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