En intensa gira artística por los medios de comunicación afines, ayer los esforzados jilgueros oficiales enronquecieron tras repetir, una y otra vez, que en 2011 el inquilino de Los Pinos y otros integrantes de su gabinetazo no, y mil veces no, obtendrán más ingresos por desempeñar (se supone que lo hacen) los puestos públicos que ocupan. Que no y que no, fue la constante. Uno de ellos, por ejemplo, aseguró que Felipe Calderón seguirá recibiendo el mismo sueldo; decir lo contrario, sólo crea confusión y odios hacia el gobierno, pero la verdad prevalecerá, tendrá que dar la cara (Julio Castellanos, secretario de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de los Diputados y, por si fuera poco, panista y michoacano, en declaraciones a W Radio).
Qué tranquilidad. Con declaraciones como la citada desaparece cualquier duda y desencanto, pero resulta que para cubrir el requerimiento financiero que implica pagar el inexistente aumento en las remuneraciones del inquilino de Los Pinos y demás funcionarios beneficiados con esa irreal decisión, los diputados aprobaron una partida presupuestal hasta de 513 millones de pesos, los cuales, íntegros, en 2011 se destinarán, netos, a garantizar la cobertura de lo que pomposamente la jerigonza burocrática denomina potenciación de seguro de vida institucional y pago extraordinario por riesgo.
Para dar una idea de qué se trata, la cantidad asignada al pago de los inexistentes aumentos resulta, por ejemplo, 3.5 veces superior a la ampliación presupuestal autorizada por los diputados para el Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1.7 tantos a la correspondiente al Instituto Nacional de Bellas Artes, y 12 con respecto a la canalizada al Instituto Mexicano de Cinematografía. Si se prefiere, es similar a dos tantos la ampliación presupuestal aprobada para el mantenimiento de escuelas de educación básica en el Distrito Federal; 2.5 al del programa de becas, 5 al fortalecimiento a las acciones asociadas a la educación indígena, 20 al Consejo Nacional de Fomento Educativo, y similar a lo asignado al Instituto Politécnico Nacional y/o al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Ahora, ¿de dónde sale la loca idea de que los ingresos del inquilino de Los Pinos y algunos funcionarios aumentarán en 2011? En el anexo 16.1.2 del presupuesto para el año entrante aprobado por los diputados, se especifican los límites de percepción extraordinaria total en la administración pública federal y el personal que recibe potenciación del seguro de vida institucional y pago extraordinario por riesgo (en el caso de Felipe Calderón se especifica que el pago es por concepto de sueldos y salarios). Así, el citado anexo detalla que mil funcionarios (377 civiles y 623 militares) son los felices ganadores hasta de 513 millones 210 mil 624 pesos en el año de referencia.
El inquilino de Los Pinos encabeza el inventario de beneficiarios, pues será quien mayor monto reciba: 48 mil 186 pesos (netos) adicionales por mes, con lo que sus ingresos se elevan a cerca de 200 mil pesos cada 30 días (también netos). En la relación de personal civil autorizado a obtener este inexistente aumento aparecen, sin nombre, nueve secretarios de Estado (de despacho, en realidad); 27 subsecretarios; 11 oficiales mayores; 33 jefes de unidad; 123 directores y coordinadores generales; 52 directores generales adjuntos; 46 directores; 72 subdirectores y tres jefes de departamento. Por el lado del personal militar, simplemente se establece que el número de agraciados es de 623, sin especificar rango.
Mil plazas en total (377 civiles, 623 militares), con un costo mensual hasta de 513 millones 210 mil 624 pesos (42 millones 767 mil 552 mensuales). El único que tiene asignación fija (48 mil 186 pesos, netos, por mes) es el inquilino de Los Pinos. Para el resto se fijan mínimos y máximos. De ese tamaño es la inexistencia de los aumentos. Es de suponer, aunque en el presupuesto de egresos de la Federación 2011 no se precisa, que entre los nueve secretarios de Estado a beneficiar se cuentan los de Gobernación, Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública Federal. El procurador general de la República no es secretario de Estado, pero cobra como tal. Cada uno de ellos (más cuatro funcionarios de ese nivel) se embolsará hasta 47 mil 393 pesos mensuales (netos, es decir, después de impuestos). Los subsecretarios obtendrán hasta 47 mil 318 pesos mensuales, y de allí para abajo (el jefe de departamento ganaría como máximo 7 mil 523 pesos), lo que quiere decir que el riesgo también tiene tabulador.
He allí el inexistente aumento a Felipe Calderón y a 999 funcionarios adicionales. Se puede estar de acuerdo o no con la rebanada que le toca al inquilino de Los Pinos, si realmente la amerita y justifica, si eso es austeridad o despilfarro, pero en los hechos 48 mil y pico de pesos mensuales sería uno de los gastos menores del susodicho. Por ejemplo, en enero del presente año erogó (obvio es que con recursos públicos) 22.8 millones de pesos por gastos de ceremonial y organización de congresos y convenciones; en marzo del mismo año, 11.5 millones por servicios para el levantamiento de encuestas telefónicas y cara a cara en vivienda; en julio del mismo año 19.2 millones por servicios de postproducción de campañas para radio y televisión en formato digital y/o cine en materia de gobierno; en agosto 38 millones por “servicios de producción y postproducción off line de espots de radio y televisión”, 26 millones adicionales por “servicios de producción y postproducción off line de campañas de difusión” y otros 32 millones por servicios integrales de transporte terrestre, y así por el estilo, sin considerar la voluminosa utilización de recursos de los mexicanos para alimentar a su igualmente voluminoso equipo de seguridad (más de 4 millones de pesos sólo en marzo, y sin considerar las galletitas que tanto le gustan a Margarita).
Todo ello, desde luego, en el marco de la medianía juarista que Felipe Calderón dice mantener y promover. Entonces, para este personaje 48 mil pesos mensuales de más, en los hechos, es lo de menos.
Las rebanadas del pastel
Favor de aclarar la duda, porque no les alcanza la memoria. Más de 50 millones de pobres, 2.5 millones de desempleados, 12 millones de expulsados de su tierra, 13 millones de sobrevivientes en el sector informal de la economía, millones de trabajadores y campesinos con ingresos de hambre, cuando los tienen, alrededor de 9 millones de indígenas, millones de niños lombricientos y demás personal nacional se preguntan: “mañana, 20 de noviembre, se conmemora el centenario de la ¿Revolu… qué?”
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