Los tres tristes tigres que presumen cifras históricas en materia de creación de puestos de plazas laborales en la economía formal ya le agarraron el gusto de salir en la tele para que los mortales los vean en plena celebración de los grandes logros del presidente del empleo. De nueva cuenta Javier Lozano, Ernesto Cordero y Daniel Karam armaron su conferencia para confirmar lo dicho por el inquilino de Los Pinos, quien en hora temprana agarró el micrófono para notificar que de enero a octubre del presente año se generaron 850 mil 889 nuevos empleos (eventuales 40 por ciento de ellos), lo que permite decir que ya se han recuperado todas las plazas perdidas en la crisis económica, con lo que ya se ha alcanzado un nuevo récord.
Días atrás en este espacio se comentó que apantalla la lucidez del inquilino de Los Pinos, porque con un solo toque de micrófono todo lo resuelve, da en el clavo y transmite serenidad a los mexicanos, a quienes pide que no se aceleren, que no exageren, porque los problemas del país (que algunos creen que lo ahogan) no son reales, sino, simple y sencillamente, de percepción. Deslumbrante hallazgo, sin duda. De haberlo sabido, cuántas angustias se hubieran ahorrado los habitantes de esta nación, cuántos muertos permanecerían vivos, cuántos pobres ocuparían los empleos que supuestamente se perdieron por miles y millones más no fueron generados, cuántos puntos del producto interno bruto no hubieran terminado en la basura si la creencia popular no insistiera en que la crisis alcanzó proporciones descomunales, cuántas otras cosas, en fin, se hubieran ahorrado.
En efecto, agarra el micrófono y ¡listo! Se acabó el problema. Querían empleo, allí está, ergo, ¡cumplí! Y por si hubiera alguna duda manda a sus tres tristes tigres a soltar cifras a diestra y siniestra, a manejar los tiempos según convenga y confirmar que ¡ya recuperamos todas las plazas perdidas por la crisis!, como si eso fuera la panacea. ¿Y las no generadas antes, durante y después de la crisis? ¡Ah!, esas no cuentan, porque las cifras históricas son de enero a octubre de 2010, cuando a todas luces ni de lejos alcanzan ni para satisfacer la demanda real de puestos de trabajo en la economía formal, ni mucho menos para validar aquello del presidente del empleo.
Según los números de Javier Lozano Alarcón, la demanda real en la economía formal se aproximaría a 800 mil puestos de trabajo por año (descontados los que se van del país, es decir, entre 400 y 500 mil mexicanos anualmente). Pues bien, con sus propios datos, cómodamente cribados, se puede determinar que las cifras históricas y los grandes logros presumidos no pasan del micrófono. Calderón lleva casi cuatro años en Los Pinos, de tal suerte que a estas alturas la generación de empleos formales debería acumular cuando menos 3 millones 200 mil plazas adicionalmente registradas en el IMSS. Sólo suman 850 mil (Calderón dixit), o lo que es lo mismo el 26 por ciento de la demanda real, algo que ni de lejos puede presentarse como un logro. En un cuatrienio sólo 26 de cada 100 mexicanos pudieron colarse al mercado laboral de la economía formal, sin considerar que alrededor de 11 de ellos lo hicieron en plazas temporales.
Así, a estas alturas el número de trabajadores registrados en el IMSS debería estar por arriba de los 17 millones, cuando en los hechos a duras penas llega (incluido el nuevo dato de los tres tristes tigres) a 14.7, dejando a un lado la cómoda criba que aplicó el autodenominado secretario del Trabajo, es decir, los mexicanos que por falta de empleo han salido del país y obviando los 2.5 millones de desempleados. Entonces, ¿cifras históricas? ¿Récord? No: bellos logros de micrófono.
En materia de empleo, ¿qué dijo el actual inquilino de Los Pinos durante su campaña electoral? Bueno, entre otras perlas las siguientes (20 de junio de 2006): mantener la estabilidad económica que hoy vivimos y traducirla en crecimiento y empleo a partir de fomento a la inversión productiva o arriesgarnos a perder lo que hemos avanzado en estos años, por culpa de quienes creen que el endeudamiento y el gasto excesivo del gobierno es el camino y cuyo resultados, aunado a un manejo irresponsable de la economía, han sido varias veces desastrosos para el país (nunca como antes ha crecido la deuda pública).
Hoy más que nunca estoy convencido de que con el apoyo de millones de mexicanos seré, en estas alternativas entre empleo o deuda, seré el presidente del empleo. Entre estabilidad o crisis económica, seré el de la estabilidad económica. Entre la transparencia y la opacidad, seré un presidente de la transparencia y de las manos limpias. Entre la unidad de los mexicanos fundada en la ley o la división y el odio sembrado entre los mexicanos, seré el presidente de la unidad de los mexicanos, fundada en la legalidad (la tasa oficial de desempleo abierto registra niveles históricos).
Por eso puedo decir con toda seguridad, amigas y amigos, que estamos no sólo a 12 días de la elección, que estamos a 12 días de una victoria contundente en la Presidencia de la República. Durante esta campaña he presentado propuestas para que vivamos mejor, propuestas para que nuestros hijos vivan mejor, propuestas para los jóvenes, para las mujeres, para los adultos en plenitud, para las personas con discapacidad, para los indígenas, para los migrantes, para todos los mexicanos (el deterioro del bienestar social y el número de pobres ha crecido sostenidamente).
Estas propuestas han sido enriquecidas por muchas mexicanas y mexicanos que comparten el anhelo de construir un México ganador, democrático, un México seguro, un México limpio, un México estable y sobre todo capaz de generar empleos bien pagados para los mexicanos. La principal fortaleza de estas propuestas es que han sido elaboradas con responsabilidad y con seriedad, han sido elaboradas por gente de mi partido, de Acción Nacional, pero también por mucha, mucha gente que no pertenece a Acción Nacional. Al votar hagámoslo votando por la opción del empleo y la estabilidad económica (a cambio han recibido exactamente lo contrario).
Las rebanadas del pastel
Barack Obama llega a su primera mitad de gobierno como el caballo blanco (con el hocico sangrando), cuando, como bien recuerda un lector, arrancó su presidencia como el caballo negro (caballo, caballo negro, galopa tranquilo al viento; así te vieron mis ojos, mi corazón tan contento). Todo indica que nadará de muertito los otros dos años. Otra esperanza que se desmorona… Sigue el jaloneo entre los partidos políticos por los tres consejeros electorales. ¿Qué no el IFE es un órgano ciudadano?
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