sábado, 4 de diciembre de 2010

Serpientes y Escaleras | Salvador García Soto -- Tensión y cargada en el PAN


Entre escándalos, hoy todo está listo para que se instale el Consejo Nacional del PAN, y los 381 consejeros definan quién será el sucesor de Nava.

El proceso para elegir hoy al nuevo dirigente nacional del PAN, casi revienta ayer cuando cuatro de los cinco aspirantes a esa posición acordaron denunciar públicamente un operativo de “compra de votos” y presiones a consejeros desde la estructura del gobierno federal. La denuncia que harían Gustavo Madero, Francisco Ramírez Acuña, Blanca Judith Díaz y Cecilia Romero, se refería a la operación de Patricia Flores, apoyada en algunos funcionarios federales de alto nivel, para ofrecer “cargos y chambas” a los consejeros a cambio de que votaran este sábado a favor de Roberto Gil.
Los testimonios y llamadas de consejeros panistas que denunciaron la cargada inducida a favor de Gil, llegaron a oídos de los otros cuatro aspirantes y éstos decidieron salir al mediodía a ofrecer una conferencia de prensa conjunta para denunciar la intromisión de funcionarios y las prácticas sucias para inducir el voto a favor de Gil Zuarth. Madero, Ramírez Acuña, Díaz y Romero redactaron un comunicado en el que pedían parar la operación irregular del equipo de Gil Zuarth y exigían al presidente Felipe Calderón frenar a los funcionarios que estaban interviniendo en la elección interna.
Los candidatos inconformes acusaban directamente a Patricia Flores, principal operadora de la campaña de Gil, de estar utilizando las redes que dejó en las delegaciones federales en toda la República, construidas cuando fue jefa de la Oficina de la Presidencia, para solicitar el voto de los consejeros para su candidato, a cambio de plazas en la estructura de gobierno.
Justo cuando los cuatro aspirantes arribaban al hotel donde convocaron a los medios para hacer sus fuertes denuncias, al teléfono celular de Gustavo Madero entró una llamada: era el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, quien le pedía al senador que parara la conferencia o que él no se sumara a la denuncia. Según colaboradores cercanos, Madero le pidió a Blake que intervinieran para detener la maquinaria de varias dependencias federales que se había activado para cargar el proceso a favor de Gil.
Sin decirles claramente qué le ofreció Blake Mora, Madero se presentó con los otros tres aspirantes inconformes y les dijo, ya con la prensa esperando en el salón, que no hicieran la denuncia. Para colmo, cuando los cuatro candidatos arribaron al hotel, ahí estaba Roberto Gil, al que nadie había invitado. Gil se acercó a Madero y le pidió ser incluido en la conferencia. Ramírez Acuña, Díaz y Romero se negaron rotundamente y el acuerdo de los cuatro se rompió.
A los medios, que esperaban impacientes por el retraso, se les había dicho que los aspirantes saldrían a dar “un mensaje de unidad previo a la contienda”. Nada más falso; tras bambalinas, el proceso panista se incendiaba. Al final, tuvo que salir solo Madero para improvisar un mensaje y decir que “el resto de los candidatos no pudieron llegar por problemas de agenda”, cuando la verdad era que la operación de Blake Mora desde Gobernación —que uno pensaría que el secretario tiene tareas más apremiantes que ser “apagafuegos” en la elección del PAN— logró frenar la denuncia de los contendientes que hubiera descalificado de antemano las votaciones de hoy en el consejo panista.
¿ELECCIÓN EN TRES VUELTAS?
Pasada la tensión y con el compromiso de Blake de parar las prácticas irregulares que el resto de los candidatos atribuían al equipo de Roberto Gil, hoy todo está listo para que se instale el Consejo Nacional del PAN, y los 381 consejeros con derecho a voto definan quién será el sucesor de César Nava en la presidencia de su partido.
Si se atienden los números internos que manejan los equipos de los candidatos, la elección se puede cerrar y es seguro que no se definirá en la segunda vuelta. Mientras el equipo de Roberto Gil asegura tener 120 consejeros convencidos, el de Gustavo Madero afirma llevar delantera con 130 y desconfía de las cifras de Gil, en tanto que Francisco Ramírez Acuña dice tener “al menos 100 consejeros”, y Cecilia Romero rondaría los 50 votos, contra unos 20 que podría alcanzar Blanca Judith. Si los cálculos internos de los candidatos son al menos aproximados, las dos primeras que tendrían que declinar, serían Romero y Díaz.
Si el ex gobernador de Jalisco se niega a declinar por Gil o Madero, como dice que lo hará, la elección podría prolongarse y sería necesaria hasta una tercera vuelta. Es decir, que el sábado tal vez no concluyan las votaciones y tenga que alargarse el Consejo hasta el domingo en busca de una definición. Los estatutos internos del PAN hablan de la posibilidad de hasta cuatro rondas de votaciones para definir un ganador en un proceso reñido.
Hoy se verá si realmente se pararon los operativos de “cargada” y “compra de votos” a cambio de chambas y cargos en el gobierno que denunciarían los cuatro aspirantes, o si realmente funcionarán en favor de uno de los candidatos. En todo caso, lo que queda claro es que la elección de los panistas volvió a entrar en tensión y podría terminar impugnada y con resultados cuestionados por los candidatos.
NOTAS INDISCRETAS…
Ayer se definió que la senadora de Chiapas María Elena Orantes sea la próxima secretaria general del PRI y compañera de fórmula de Humberto Moreira Valdés. El nombre de Orantes se acordó tras descartar a Blanca Alcalá, alcaldesa de Puebla, a quien se le garantizó, sin embargo, una secretaría en el CEN priísta… En la guerra y en la disputa por la candidatura a jefe de Gobierno todo se vale y en los corrillos de la Asamblea es insistente la versión que detrás de la campaña emprendida por la diputada del PAN, Lía Limón, contra ese órgano legislativo y, en particular contra su presidenta, Alejandra Barrales, hay en realidad “fuego amigo” entre perredistas. A Lía, dicen, se le acercó Mario Delgado, quien a través de sus operadores Hugo Scherer y Xiuh Tenorio le hicieron un encargo concreto: golpear a la ALDF y, por tanto, a Alejandra. Es decir, que las alianzas PAN-PRD ya funcionan también en el DF… Llamaron al Ejército mexicano “torpe y lento”; dijeron que la Defensa “rehuía el riesgo” y, extrañamente, se negaba a actuar contra los capos; denostaron “confidencialmente” a la institución que lo apoyó a su llegada al poder y lo ayudó a legitimarse, sacando a los militares a una guerra a las calles contra el crimen organizado sin que los castrenses tuvieran siquiera plenas garantías legales para hacerlo. ¿Y qué hizo él? Les dedicó un tuit: “Condena categórica a la revelación ilegal de documentos que se atribuyen a la diplomacia estadounidense”. ¿Sólo eso ameritaba?... Se detienen los dados. Escalera doble.

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