"México necesita la ayuda de EE UU. Sus altos mandatarios, desde el propio presidente Felipe Calderón hasta funcionarios de la Secretaría de Gobernación o de la Procuraduría General de la República (PGR), aprovechan cualquier reunión con autoridades de EE UU para insistirles en su petición de ayuda tecnológica y de formación. A veces, hasta de manera angustiosa".
Y dice más El País: Ya han pasado 15 meses desde que el gobierno mexicano, de manera desesperada, pidió ayuda a Estados Unidos "y la situación de violencia en México, lejos de mejorar, empeora".
En WikiLeaks en Ejército mexicano aparece dividido, incapaz de vencer a los narcos y partidario de establecer el estado de sitio en algunas regiones del país, lo que preocupa, y mucho, al gobierno estadounidense que, por lo demás, ve estresado a Calderón.
Para colmo, en WikiLeaks Calderón es un exhibido como un mentiroso ya que, sin pruebas de ningún tipo, informa a Estados Unidos que Hugo Chávez financió a Andrés Manuel López Obrador en 2006.
Desde luego, no necesitábamos que WikiLeaks y sus revelaciones nos vinieran a decir que México atraviesa por la peor de sus crisis ya que las fuerzas armadas están perdiendo la guerra contra las mafias. Eso es obvio desde hace al menos tres años. Tampoco hacía falta que se nos confirmara que Calderón, sin honor y contra toda moral, calumnia a López Obrador cada vez que se presenta la ocasión. Lo hemos sabido siempre.
Pero no está mal, porque nos motiva a seguir luchando, que WikiLeaks nos recuerde el desastre de nación que es el México de Calderón, ese tipo tan mediano que se robó las elecciones de 2006 apoyado por los poderes político, económico y mediático solo para echarlo todo a perder.
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