Partimos a medio día dejando atrás el pesado tráfico de Guadalajara rumbo al sur, porque allá donde los famosos llanos de Rulfo, en la plaza de Sayula, se presentaría nuestro candidato AMLO.
Recién llego del mitin. Emocionada porque antaño estas tierras eran reacias, desconfiadas, no lograba permear en el lugareño la buena voluntad, la buena nueva del cambio que sí vendría, que sí viene. Regido el Estado por gobiernos autoritarios, aparentemente piadosos para tapar lo corrupto. Engañando a un pueblo industrioso y creativo que no se le ha dado la oportunidad de progresar.
Priistas y panistas de Jalisco y de México entero, las cúpulas de sus partidos los han traicionado, ustedes ya no merecen más de lo mismo.
Somos un Estado con espíritu naturalmente fraterno y progresista pero la inercia de la doble moral en lo público contaminando lo privado, lo ha coartado. La estabilidad y la práctica de la ética que generará la República Amorosa, el apoyo que otorgará ésta tanto al emprendedor como al trabajador, provocará que pronto ambos vislumbren mejores condiciones para generar riqueza, para salir del atolladero.
Se volcaron cerca de dos mil a escuchar al tabasqueño. Venían también de los pueblos aledaños, San Gabriel, Zacoalco de Torres, Atoyac, Cd. Guzmán, Techaluta, Amacueca. Al bajar de la camioneta se le acercó un pobre hombre que le dijo, “Señor, ¿cómo es posible que el IFE derroche miles de millones mientras el pueblo tiene hambre?” Era tal la algarabía por verlo que apenas lo escuchó. Pero al insistir aquel, el líder levantó la voz: “…Te oigo, te he oído muy bien.”
Como en todos lados le entregan cartas y escritos, se aviva la esperanza, intentan alcanzarle el oído para que conozca sus peticiones, sus quejas dolidas, las injusticias habidas. Enrique Alfaro, la carta más fuerte para ser próximo gobernador de Jalisco lo acompaña, lo reconoce y vitorea la gente.
Donde antes había sequía para AMLO, ahora hay providencia.
Crece la confianza para votar por un gobierno progresista hoy en Jalisco. El avance es patente y supera por mucho el apoyo habido en la región durante la campaña del 2006.
Despierta el gigante de occidente.
Estoy de acuerdo que es gran reto convencer, lograr que la gente cambie de idea, pero si se puede en Jalisco… ¡Sí se puede!
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