Desde hace tiempo lo denuncian dirigentes y candidatos de PRI y PRD. Nadie le da seguimiento; ni siquiera en esos mismos partidos. Pero está Hidalgo como ejemplo si alguien quiere documentar un caso escandaloso y obligar a que la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales y la Secretaría de la Función Pública dejen de hacerse los disimulados. Resulta que Juan Carlos Robles Acosta, presidente del Comité Directivo Municipal del PAN, en Pachuca, reconoció que su partido sí organizaba la remoción de 18 delegados federales en el estado que no apoyaron a Xóchitl Gálvez Ruiz, ex candidata a la gubernatura. Hay innumerables denuncias desde hace mucho tiempo de que en el PAN usan las delegaciones del gobierno federal como “huesos” partidistas. Lea el descaro del señor Robles, quien no se ruboriza porque viola la ley sino porque se sepa que la viola: “Sí nos preocupa ver que salga esa información a la luz pública. Eso no debe salir a la luz pública porque son acuerdos internos, acuerdos institucionales. Si en algún momento dado alguien del partido filtrara esta información con alguna intención de beneficiar a ciertas personas, desde luego que sí tendríamos que hacer algo al respecto”. A ver, Fepade y Función Pública, ¿con esos datos? ¿O necesitan más?
La experiencia con la Policía Federal fue terrible. Llegaron a pacificar “la plaza” (lenguaje de narcos, por cierto, asumido sin rubor por el gobierno federal); “la plaza” se “calentó”; se necesitaron más agentes; creció la violencia. Y luego, llegaron las cuentas: los municipios, que apenas tienen para sus gastos corrientes, tuvieron que pagar la estancia de las fuerzas federales, cada vez en mayor número pero con resultados muy cuestionables. Por eso, hay un movimiento creciente de alcaldes que exigen determinar desde ahora quién pagará nóminas y equipos de las policías únicas estatales, y dejar claro objetivos o metas. Esto piden los presidentes de Monterrey, Fernando Larrazabal, o Mauricio Fernández, de San Pedro Garza García, de los dos municipios más ricos del país. Imagínense en qué predicamento están los pobres. El argumento se vale: estoy de acuerdo en soltarte la policía; pero me estableces metas para medir la efectividad de los que vienen, y me determinas desde ya quién pagará nóminas, equipos y más: desplazamientos, gasolinas, operaciones especiales, etc. Aquí es en donde se atorará la discusión, dicen los observadores.
Los reporteros preguntaron a Cecilia Romero si Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto eran peligro para México. La candidata disparó: “Como presidenta del PAN me encargaré de que sean eliminados los peligros que pueda haber para el país”. ¿Con AK-47? ¿Con guerra de lodo? ¿Eliminarlos con qué? Caray: El ambiente de guerra del país ya transformó hasta el lenguaje de la política.
Apunte final: César Nava presumió ayer en Harvard la alternancia que logró el PAN, junto con PRD, en Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Y dijo que van por Edomex, Nayarit y Coahuila. ¿Será?
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