domingo, 7 de noviembre de 2010

TRASCENDIO


Que no cayó del todo bien en el gobierno federal que autoridades de la Secretaría de Marina confirmaran, antes que el vocero de Seguridad, Alejandro Poiré, que el capo Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, líder del cártel del Golfo, había muerto en un largo y sangriento enfrentamiento con personal naval.

Y es que alguien de “alto nivel” había pedido a la Marina que su boletín de prensa para dar a conocer el saldo de los enfrentamientos en Matamoros dijera: “En alcance a lo comunicado esta tarde por el secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, la Secretaría de Marina Armada de México informa…”.

Que, en cambio, la Secretaría de la Defensa Nacional informaba a quien lo solicitaba que el logro del operativo era de la Marina, ya que el Ejército sólo había apoyado.

Honor a quien honor merece.

Que 19 vehículos, varios de ellos artillados, le abrieron paso ayer en la tarde al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en su traslado del aeropuerto de Mérida al centro de esa ciudad, en donde participará en la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa.

Y eso que la capital de Yucatán es la ciudad más segura de México. ¿A ver cuántos escoltan al presidente Calderón?

Que, por el contrario, quien anoche esperaba paciente su maleta en la terminal 2 del aeropuerto de la Ciudad de México era el próximo gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, Malova.

Lo acompañaban sólo dos colaboradores. Parece que va en serio eso de que Malova quiere cambiar estilos e imponer el del gobernante de bajo perfil.

A ver si puede seguir así después del 31 de diciembre, cuando tome posesión.

Que siguiendo en el tema, en el Senado toma fuerza la versión de que Luis Maldonado, líder de Convergencia, dejará en unos días su escaño para integrarse al gabinete del próximo gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.

Se dice, incluso, que está lista la solicitud de licencia.

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