Que los productores del documental Presunto culpable ofrecerán esta tarde una función privada a los diputados federales del PRI, encabezados por Francisco Rojas, con la intención de sensibilizarlos y abrir un debate sobre las deficiencias de la impartición de justicia en México.
Los legisladores priistas se sumarán así a los 128 mil espectadores que han visto el filme de Roberto Hernández durante su primera semana en cartelera.
Y por si no es suficiente este trabajo cinematográfico para ilustrar las fallas judiciales, ahí está el caso de El Piolín, liberado bajo fianza luego de su detención por militares y entrega a la PGR hace dos años, quien ayer fue presentado como el homicida confeso del agente estadunidense en San Luis Potosí.
Que el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, ya entendió que no es sólo con buena fe, discursos y relaciones públicas como se atienden los problemas de un estado, sino con recursos, y por eso efectuó una peregrinación hacia el Distrito Federal, donde este miércoles tuvo encuentros con altos mandos de las secretarías de Educación, Salud, Desarrollo Social y Seguridad Pública.
Mientras tanto, pesa sobre el gobernante el ultimátum que le lanzaron los maestros de la sección 22 y la APPO. Y esto apenas empieza.
Que en al menos tres estados, Nayarit, Tamaulipas y Sinaloa, ya se gesta un movimiento para convocar a los perredistas a solicitar licencias de manera masiva en apoyo a Andrés Manuel López Obrador, quien, empero, ayer hizo la puntual aclaración de que él no está pensando en renunciar.
¿Entonces?
Que el PRI ha empezado a recibir inesperadas adhesiones de perredistas a la candidatura de Rubén Moreira en Coahuila.
Se trata de un amplio sector de integrantes del Partido de la Revolución Democrática inconformes con la candidatura que se perfila en alianza con el PAN: la del senador con licencia Guillermo Anaya.
Que ayer el primer cuadro del Distrito Federal se convirtió en el lugar más restringido y vigilado del país, pues a menos de cien metros el IPN y la UNAM sostuvieron magnos eventos en los que estuvieron, por separado, el presidente Felipe Calderón y el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.t
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