Nos acabamos de enterar hace unos días que durante la actual administración el gobierno federal contó con recursos procedentes de la venta de crudo por más de 222 MIL MILLONES DE DÓLARES, monto que casi duplica el saldo total de la deuda externa del sector público federal, que al mes de noviembre de 2011 alcanzó la cantidad de 113 MIL 600 MILLONES DE DÓLARES.
Pero no sólo no se paga la deuda sino que el dinero no llega a quienes debe de llegar para mitigar el hambre, la falta de servicios de salud, la educación, el campo, la seguridad, la ciencia y la tecnología.
Considerando además que el discurso oficial siempre presume de una situación macroeconómica estable, nada más no nos cuadran las cuentas.
¿Dónde está el dinero de los altos ingresos por la recaudación fiscal?
¿Dónde están los millones de dólares de la venta del crudo?
¿De verdad no alcanza el dinero para aumentar el presupuesto a la educación, a la salud, a la seguridad, al campo, a la ciencia y a la tecnología?
Claro que sí, lo que sucede es que estos bárbaros gobiernos del PRI y del PAN se reparten el botín; entre altos salarios de la burguesía, prebendas, gastos médicos, privilegios fiscales para unos cuantos, pensiones a ex presidentes, y lo más caro de todo: LA CORRUPCIÓN, se va el dinero que podría llevarnos a un verdadero progreso.
Por eso Andrés Manuel López Obrador no quita el dedo del renglón y llama al pueblo a organizarse para derrocar, por la vía pacífica, a esta clase política que se devora las riquezas que deberían ser repartidas equitativamente.
Ayer, al iniciar un recorrido por municipios de Morelos, dijo que si le favorece el voto en la contienda presidencial va a ajustar el gasto del gobierno porque desde hace 30 años los gobiernos priístas y luego los panistas pregonan que tenemos que ajustarnos el cinturón pero quienes en realidad acaban pagando los platos rotos son los ciudadanos comunes y corrientes y no los funcionarios que sólo derrochan el dinero que pertenece al pueblo.
Aseguró que sin necesidad de expropiar bienes ni de quitar a los ricos para dar a los pobres se pueden llevar a cabo programas sociales que se financien con fondos públicos, mediante la aplicación de un plan de austeridad republicana y de abolir privilegios entre la alta burocracia.
Dijo también que ya no habrá traslados en aviones y helicópteros privados, y que los servidores públicos viajarán a ras de tierra para conocer en detalle los problemas de la población.
Esto no lo vamos a escuchar NUNCA entre las promesas de campaña de los adversarios políticos, porque ellos sí buscan el poder para gozar de privilegios inmerecidos, ellos desconocen la realidad y no están dispuestos a transformarla por una simple y sencilla razón: perderían el apoyo de quienes se sienten amos y señores de México, que los apoyan, precisamente, para que nada cambie.
De ahí parten todas las diferencias con Andrés Manuel López Obrador. Quienes no están dispuestos a perder privilegios seguirán tachándolo de iluso y hasta de loco. No pueden tampoco entender que sin honestidad es imposible obtener autoridad moral frente a la gente.
Vamos a hacer que las cuentas del gobierno cuadren sólo si llega al poder un político que no tenga compromisos más que con el pueblo.
Si le seguimos apostando a los mismos de siempre, que llegan atados de pies y manos, vamos a obtener no sólo los mismos resultados sino una decadencia peor que la que estamos padeciendo.
Vamos por el cambio con Andrés Manuel López Obrador.
Viva Morelos.
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